Las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla con Marruecos han reabierto en la medianoche de este martes pese al aviso de policías y guardias civiles que advierten de que podría producirse un efecto llamada y avalanchas como las que, precisamente, se produjeron un día como hoy hace un año.
La reapertura de las fronteras con Marruecos ha coincidido con el aniversario de la invasión de Ceuta el 17 de mayo de 2021 en la que accedieron a la ciudad autónoma más de 10.000 inmigrantes ilegales.
La decisión se ha puesto en marcha este martes tras acordar España y Marruecos una hoja de ruta sellada tras el apoyo del presidente del Gobierno socialcomunista, Pedro Sánchez, al plan marroquí sobre el Sáhara y con su viaje para reunirse con Mohamed VI.
Este martes arranca la primera fase de la reapertura gradual que está restringida a ciudadanos de la Unión Europa y con permiso para circulación en territorio Schengen. Quedan pendientes posibles cambios legales sobre visados, poner en marcha las aduanas para mercancías y completar las obras de mejora en el vallado.
La decisión no ha sido bien recibida por Jucil, la asociación profesional mayoritaria en el Consejo de la Guardia Civil. Su secretario general, Ernesto Vilariño, lamentó este lunes en Ceuta que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, haya incumplido «todos» los compromisos que asumió tras la crisis migratoria de hace un año y que la frontera del Tarajal se haya reabierto esta medianoche «sin los efectivos que serían necesarios para garantizar la seguridad en la ciudad» y la impermeabilización del vallado.
«La inminente reapertura del paso puede provocar un caos, situaciones delicadas y algún tipo de altercado porque solamente entre dos y cuatro guardias civiles estarán encargados de controlar el tránsito más de 20.000 personas y 3.000 vehículos», ha alertado Vilariño en declaraciones a los medios remitiéndose a las cifras de trasiego diarias que se estimaban antes del cierre de marzo de 2020.
«Desde mi punto de vista la frontera no se debería reabrir así, pues las obras en la frontera del Tarajal continúan, no hay los guardias civiles suficientes y las instalaciones disponibles no son acordes con el volumen que se prevé recibir de personas y automóviles», ha insistido Vilariño.
