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El globalista recuerda que la canciller está próxima a la jubilación

Soros, enrabietado, carga contra Merkel por permitir la victoria de Hungría y Polonia

El multimillonario George Soros

El presidente del lobby globalista y anticristiano Open Society Foundation, el billonario George Soros, ha reaccionado a la victoria soberana de Hungría y Polonia frente a la los burócratas europeos con lo que se describiría en español como un feroz ataque de cuernos. El factótum ha cargado con dureza contra la canciller alemana, Angela Merkel, presidente de turno de la Unión Europea, por permitir que el primer ministro húngaro, Viktor Orban, el enemigo público número uno de George Soros, «y el viceprimer ministro Jarosław Kaczyński, líder de facto de Polonia». hayan conseguido un acuerdo que desbloquea el Fondo de Recuperación por la pandemia de virus chino, a cambio de que se respete la soberanía de las dos naciones que hace poco menos de dos semanas firmaron la Declaración de Budapest contra el rodillo socialdemócrata de Bruselas.

Para George Soros, que Orbán y sus aliados polacos hayan conseguido que no se vinculen las ayudas económicas a la aceptación de políticas migratorias y la imposición de leyes de ideología de género en contra del sentir soberano de la mayoría de los ciudadanos de ambas naciones, «es el peor de los mundos posibles» y desafía «descaradamente los valores sobe los que se ha construido la Unión Europea».

En un artículo publicado en Project Syndicate y que lleva por título «Los costes de la rendición de Merkel a la extorsión húngara y polaca», el intrigante Soros llama «régimen cleptocrático» a Hungría y califica a los polacos del partido gobernante de Ley y Justicia como «antiliberales». Pero eso no es nuevo. Lo novedoso en el discurso del enrabietado George Soros es cómo trata a la canciller alemana por permitir la victoria de húngaros y polacos. Con evidente falta de estilo, Soros señala que Merkel «está próxima a la jubilación» y achaca a la enorme presión que ha tenido que soportar la canciller durante sus 15 años de mandato, como motivos para esta «concesión final» que Soros califica como «chantaje». Como si chantaje no fuera exactamente lo que proponía Bruselas para exigir que húngaros y polacos doblaran la cerviz ante las exigencias globalistas de la Unión Europea y del poderoso lobby de Soros y sus altavoces mediáticos.

En el referido artículo, Soros también carga contra el presidente francés, Emmanuel Macron, a quien acusa de estar «distraído temporalmente por el problema de la laicidad y otras preocupaciones serias de seguridad dentro de Francia». Sin duda, cuando Soros se refiere a «el problema de la laicidad» utiliza un eufemismo para no mencionar la amenaza integrista islamista que en los últimos meses ha golpeado con dureza a Francia, con atentados terribles cometidos contra profesores y católicos que rezaban en los templos.

Pero cuando George Soros muestra el alcance de su rabia es cuando en el mismo artículo señala que el acuerdo finalmente alcanzado retrasará la implementación de la condicionalidad del estado de derecho (el que decida la UE en contra de la soberanía de las naciones) durante al menos dos años. Para Soros, este es un golpe mortal a su indisimulada aspiración de que la UE ahogara a Viktor Orbán antes de las elecciones presidenciales de 2022.

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