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ES la pesadilla del establishment mediático

Twitter censura a O’Keefe, el periodista que ha desenmascarado a la CNN por su colaboración con Black Lives Matter

James O’Keefe y su Project Veritas es una pesadilla para el establishment mediático americano. El hombre se dedica a desenmascarar con cámara oculta toda la basura que esconde el sistema, lo que le ha metido en muchos líos a lo largo de su carrera.

Lo último ha sido grabar al directivo de CNN Charlie Chester confesando que la cadena está “intentando ayudar” a Black Lives Matter protegiendo su narrativa sobre el conflicto racial. Ya, ya sé que para usted no es ninguna novedad que una de las principales cadenas informativas del mundo se haya convertido en un mero canal de propaganda ‘woke’ al servicio de demócratas y globalistas, pero es un verdadero placer oírlo en boca de los interesados.

En una conversación de la aplicación Tinder con un ‘ligue’ que resultó ser un reportero de Project Veritas, Chester admite que solo han promocionado y dado cancha a las historias que dejan en mal lugar a los blancos, y que cuando, al investigar la ola de ataques callejeros a asiáticos descubrieron que los perpetradores eran casi siempre negros, abandonaron completamente el asunto.

«Estaba intentando investigar un poco sobre el odio a los asiáticos, la gente a la que están atacando y todo eso”, se oye decir a Chester. “Una serie de tipos negros han estado asaltando asiáticos. Y entonces me digo, “¿qué voy a hacer?” Nosotros [CNN] estamos intentando ayudar a BLM. No he visto nada sobre fijarse en el color de la pieI de la gente que no sea blanca. Sencillamente, no dicen nada. ¿Sabes lo que quiero decir?”.

Sí, creo que todos sabemos lo que quiere decir Chester, que continúa: “Esa imagen no era nada buena. Son esas las pequeñas cosas que entorpecen los movimientos, porque la extrema izquierda se lanzará a crear historias del tipo “criminalización de todo un pueblo”, ya sabes, titulares facilones de ese tipo, supongo».

Una hora después de airear el comprometedor vídeo desde su cuenta de Twitter, con más de un millón de seguidores, la red social la suspendió. Los medios oficiales no pueden desenmascararse ni siquiera con las palabras de sus propios responsables, ni aunque sea imposible alegar que es una ‘fake news’ o que alguien se lo ha inventado. Sencillamente, censura sin explicación alguna.

Eso no ha impedido en absoluto a Twitter alegar que cierra la cuenta porque O’Keefe es un “operador de cuentas falsas”, lo que ha llevado al periodista a anunciar una querella contra la empresa. “Es falso, es difamatorio y lo pagarán”, declara O’Keefe en una sucinta nota. “La Sección 230 quizá les haya protegido hasta ahora, pero no les protegerá de mí”, asegura, añadiendo que este próximo lunes presentará la querella.

La Sección 230 es la ley de comunicación que protege a las redes sociales de las consecuencias legales que puedan derivarse del contenido de terceros que se publique en sus plataformas. En su día, el entonces presidente Donald Trump, víctima de la arbitraria censura de las redes (todas y alguna más), insinuó que precisamente esa ley podía ser el instrumento ideal para acabar con los indignantes intentos de frustrar la libertad de expresión online por parte de las ‘Big Techs’. Una empresa editorial puede censurar a placer, precisamente porque se hace legalmente responsable del contenido que publica, por lo que tal ‘censura’ no es tal, sino preferencia editorial. Pero si las plataformas rechazan -sensatamente- esa clasificación para quedar inmunes de las consecuencias de lo que se publique en ellas, entonces no tienen derecho a decidir qué mensajes son o no ‘adecuados’ para aparecer en sus redes, mucho menos eliminar cuentas por razones ideológicas o incluso periodísticas.

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