Con motivo del Día del Trabajador, el sindicato Solidaridad ha convocado un acto este sábado 1 de mayo contra el Gobierno socialcomunista y en protesta de la dramática y precaria situación que viven los trabajadores españoles como consecuencia de la pésima gestión de la crisis del coronavirus que ha realizado el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
La Gaceta de lberosfera habla con del secretario general del sindicato, Rodrigo Alonso, quien destaca algunas de las claves que caracterizan a Solidaridad como un sindicato radicalmente distinto a los tradicionales:
1. Un líder sindical con experiencia como trabajador por cuenta propia y autónoma: «He sido currante, tuve una pequeña ‘empresilla’. Era autónomo y sé lo que es levantarse antes cuando amanece y llegar a casa a altas horas de la noche. Ahí es cuando te das cuenta de las carencias que hay en el mercado del trabajo».
2. El sindicalismo tradicional, una falsedad: «Decidí dar el paso al frente de Solidaridad porque vi que el sindicalismo de clase es una auténtica falsedad. Vive para nutrirse, ellos mismos y sus propias estructuras. Para nada defienden a los trabajadores. Es un hecho y una evidencia que abandonaron a los trabajadores hace mucho tiempo».
3. CC.OO y UGT, sindicatos corruptos y al servicio de la izquierda: «Son sindicatos corruptos y al servicio de la izquierda. Lo dicen ellos mismos, de hecho sus proclamas son acordes a la política del Gobierno».
4. Sindicalismo sí, pero no desde la perspectiva de la lucha de clases: «Queremos hacer sindicalismo de verdad, representar al trabajador y velar por sus intereses, pero no queremos hacerlo desde una perspectiva de la lucha de clases. No se trata de señalar al empresario y demonizarlo por el mero hecho de que lo sea. Tampoco se trata de decir que todos los trabajadores son buenos porque, evidentemente, hay algunos que no lo son. Eso también hay que señalarlo, de esa manera podremos llegar a los problemas de fondo y buscar las soluciones oportunas».
5. Liberados sindicales sí, pero controlados y fiscalizados: «Nuestra propuesta es reducir los liberados sindicales y fiscalizar su labor. No conviene generalizarlos a todos, pero algunos liberados sindicales utilizan sus horas sindicales en beneficio propio. Eso no se lo vamos a permitir a los nuestros, vamos a fiscalizar toda y cada una de las actividades que hagan».
6. Una subida del SMI que no aumente la carga fiscal de los pequeños empresarios: «Iglesias, los sindicatos y la izquierda en general propone aumentar el salario mínimo, pero no habla de la forma en que hay que hacerlo. Ante una subida del SMI, el que más gana, el que más recauda, es el Estado. Para nosotros no tiene ningún sentido aumentar el salario si eso no se traduce en un aumento neto del sueldo de los trabajadores y si esto va a provocar que los costes empresariales sean cada vez mayores y obliguen a una empresa a cerrar».
7. Terminar con los subvenciones del Gobierno a los sindicatos: «El Gobierno riega a los sindicatos con subvenciones públicas, esas que niegan a los autónomos o a una pyme. Lo que persiguen con esto es esa llamada paz social para que los sindicatos no salgan a la calle. Solidaridad plantea que no se den subvenciones a los sindicatos ni a la patronal, que se financien con las cuotas de sus afiliados».
8. Impulsar una legislación para la patronal: «En Andalucía hemos visto la corrupción sindical. Los millones de subvenciones que deberían haber ido destinadas al desempleo y a la formación de los parados han terminado en los bolsillos de los dirigentes. Queremos auditar las cuentas y ponerlas a disposición del Tribunal de Cuentas. Igual que ya se hizo una ley de financiación de partidos, queremos que se impulse también desde el Congreso de los Diputados una legislación de la patronal».
9. Salir a protestar, independientemente de la ideología política: «Las familias están viviendo una situación dramática y están indignadas al ver cómo los sindicatos no se preocupan por ellas. Saben que están al servicio del Gobierno de turno. La gente está harta de que los sindicatos se rían de ellos, salgamos a la calle y digámoslo alto y claro, independientemente de la ideología de cada uno. Estamos hablando del sustento y del pan de nuestras familias”.
10. Un mensaje claro para los sindicatos corruptos: “Vamos a decirle a los sindicatos que se quiten de en medio, que bastante daño han hecho ya a los trabajadores y que lo único que hacen es estorbar”.