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Correa, Nebot e Iza figuran en la supuesta conjura para deponerle

Un ‘triunvirato de la conspiración’ busca poner en jaque al gobierno de Lasso

Foto: Reuters
El presidente electo de Ecuador, Guillermo Lasso. Reuters

Recién supera los 100 días a cargo de la presidencia del Ecuador y Guillermo Lasso ya denuncia que hay una conspiración en marcha para sacarle de la silla presidencial. Acusa a tres de los referentes políticos más influyentes del país de orquestar un supuesto golpe de Estado en su contra.

En primer lugar estaría el expresidente Rafael Correa, quien formó parte del socialismo del siglo XXI durante su gestión y ahora es portavoz de la nueva izquierda regional con sede en México (que ampara al Grupo de Puebla y es hogar de la Internacional Progresista). Aunque Correa está prófugo de la justicia en Bélgica, sigue influyendo en la política regional.

Desde la Perla del Pacífico, el segundo lugar lo ocupa Jaime Nebot, quien fue alcalde de Guayaquil con el Partido Social Cristiano (PSC), que a su vez conformó la lista 6 (con la cual Guillermo Lasso llegó al poder en alianza pero rompió relaciones tras conformarse el poder legislativo). El conflicto surgió cuando el partido de gobierno, Creando Oportunidades (CREO), y el PSC se acusaron mutuamente de pactar con el correísmo.

En cierta medida ambos lo hicieron: por un lado el PSC estaba en diálogo para lograr la gobernabilidad del país, dado que alrededor del 70 % de los votos fueron para fuerzas de izquierda. Esto causó tensión y el quiebre entre ambos partidos. Pese a su postura rígida “contra las mafias”, finalmente CREO terminó favoreciendo en puestos de poder a legisladores del bloque UNES (correísta).

Por ejemplo, en el Consejo Administrativo Legislativo (CAL) está el expandillero Ronny Aleaga, quien lideró las fuerzas de choque (que incluían a miembros de la pandilla internacional de mayor alcance en la Iberosfera, los Latin Kings) a favor de Correa en las calles.

Por último, estaría como tercera fuerza en el Triunvirato Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE). El señalamiento de esta tercera fuerza es primordial en cuanto a la fecha. Dado que se cumple en octubre el segundo aniversario de lo que Nicolás Maduro llamó las “brisas bolivarianas”.

En octubre del 2019 agrupaciones campesinas convocadas por la dirigencia indigenista paralizaron al país, negando acceso por carretera y aislando por días el paso de alimentos y productos de necesidad básica.

Además, devastaron al país en cuanto a la violencia y los destrozos ocasionados. De acuerdo al Banco Central, la violencia y la destrucción de octubre del 2019 dejó 249 víctimas de vulneraciones a derechos humanos y un total de 821.68 millones de dólares en daños económicos.

Lasso fue tajante al enfrentar a quienes celebraron este aniversario como fecha conmemorativa. “A Quito lo defendemos todos, no es posible que se quiera hacer una apología del delito por parte de aquellos que hace dos años intimidaron a la capital, incendiaron un edificio público, secuestraron policías, periodistas, agredieron por la espalda a uno de los periodistas, eso no es posible. Aquí la presencia de ustedes, en compañía del Gobierno, es pare decirles a los violentos que a Quito lo defendemos todos”, exclamó desde el Palacio de Gobierno esta misma semana, donde fue respaldado por una multitud.

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Nada menos que el 12 de octubre fue la fecha que eligió para anunciarlo. Históricamente el día de la Hispanidad ha sido para celebrar la unidad entre los pueblos hispanos. Pero progresivamente se ha convertido en un día para fomentar el separatismo, el odio y la división. Tanto así que Hugo Chávez lo redefinió como el día de la resistencia indígena. En total contradicción a la historia, pues la Conquista fue posible gracias a la cooperación de los indígenas para lograrlo, llegando a constituir hasta el 99 % de las tropas que lucharon para derribar el imperio azteca. Los españoles peninsulares eran apenas 1% de aquellas fuerzas, según recientes descubrimientos.

En total contraposición a este activismo que busca enfrentar al pueblo, Lasso propone el “Ecuador del encuentro”. Por eso ha sido firme en frenar las presiones de los movimientos indigenistas que mantuvieron al país paralizado.

Por eso ahora el presidente advierte la amenaza que representan y usa un término histórico para advertirlo: “Triunvirato de la conspiración”. El triunvirato más conocido surge en la Antigua Roma, tras el vacío de poder que dejó el Emperador Julio César. En su lugar gobernaron Marco Antonio, César Octaviano y Marco Emilio Lépido.

Durante una entrevista con el periodista Carlos Vera, el presidente Lasso denunció el golpe a la institucionalidad democrática del país. “La conspiración comienza con Correa, sigue con Nebot y continúa con Iza. Esta trilogía coincide en una causa: golpear a la democracia”, señaló en las declaraciones que ofreció desde el palacio de gobierno.

“El triunvirato de la conspiración apareció en apenas 100 días. No quieren ver al Ecuador salir adelante. Cumplimos con la vacunación y temen al éxito. Esto se trata de los ecuatorianos, no de mí. El país merece más”, dijo además Lasso.

“Muchos con un espíritu de conspiración dicen que el diálogo no es el camino y pretenden amedrentar a los ecuatorianos, empezando por Quito. A quienes aluden a la violencia y a la agresión, les decimos no. Dejen de estar aficionados con escenarios violentos”, añadió.

Además del triunvirato, Lasso cuestionó al poder legislativo por obstaculizar el avance de los proyectos de ley que ha enviado el Ejecutivo. “La Asamblea Nacional se ha negado a tratar el proyecto de Ley de Creación de Oportunidades. No es bloquear al gobierno, es darle la espalda a seis millones de ecuatorianos que esperan empleo y a un país entero que busca oportunidades”, afirmó.

“Voy a darle gusto a la presidenta de la Asamblea (Guadalupe Llori) y voy a volver a presentar la Ley de Oportunidades. Esta vez dividida en tres partes: tributaria, laboral e inversiones”. “Vamos a ver cómo actúa la Asamblea: si la devuelve, si la rechaza, si permite un debate democrático”, expresó.

Finalmente dejó en claro que entre los caminos de fuerza y los que marca el diálogo, está determinado a tomar los segundos. Sin embargo, fue enfático en decir que no permitirá que el Estado ecuatoriano sea “sometido”.

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