Lo que piensan los estadounidenses, especialmente en lo relativo a la Teoría de Géneros, se opone frontal y mayoritariamente a lo que enseñan a sus hijos en los colegios -y lo que impone desde el gobierno federal la ortodoxia-, según una reciente encuesta realizada por la demoscópica Rasmussen.
Y no por una mayoría raspada. El 75% de los ciudadanos consultados por Rasmussen -en una muestra de mil adultos- sostiene la opinión herética de que «existen solo dos sexos, masculino y femenino», algo con lo que el 68% está «firmemente convencido».
Como suele pasar, los porcentajes difieren según el partido político al que votan, y así quienes se identifican como republicanos lo tienen más claro (un 82%) que los que se confiesan demócratas (47%) y que los que no se adscriben a ningún partido (63%). Y entre los que se muestran «firmemente convencidos» de que solo existen dos sexos, hay más negros que blancos o que cualquier otra raza, lo que no deja de revelar una importante grieta en la base electoral de los demócratas.
Preguntados por la política de los colegios a los que llevan a sus hijos, una mayoría reveló que no quieren que los centros educativos asesoren a sus hijos sobre identidad de género a espaldas de los padres. Se les preguntó si se debería permitir a colegios y profesores «asesorar a los alumnos sobre su orientación sexual e identidad de género sin consentimiento paterno o materno», a lo que se negó un 69%, frente al exiguo 19% que accedía a la práctica, absolutamente generalizada.
En general, estadounidenses de todas las tendencias políticas (80% de republicanos, 54% de demócratas y 72% de independientes) se oponen a que los colegios asesoren a los alumnos sobre cuestiones de género sin el consentimiento de los padres.