«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
LE ACUSA DE QUERER DAR UN GOLPE A SAGASTI

Los ataques de Soto al conservador Aliaga abren el camino a la izquierda en Perú

A pesar de que el economista Hernando de Soto, candidato presidencial por Avanza País, brindara públicamente su apoyo a Rafael López Aliaga durante una protesta en el frontis del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), solidarizándose con su contendor ante su posible exclusión del proceso electoral, rápidamente cambió de opinión, expresándose duramente contra el líder de Renovación Popular, incluso acusándole de azuzar un golpe de estado contra la presidencia de Francisco Sagasti, blanco de las críticas de López Aliaga debido a su ineficiencia en la gestión de la pandemia.

“El viernes salí en favor de la democracia para rechazar el golpe contra las candidaturas de Forsyth y López Aliaga. Hoy salgo a rechazar el golpe que López Aliaga quiere darle al presidente Sagasti”, escribió en Twitter.

De Soto se sumó de esta manera a las acusaciones de los candidatos de izquierda -Juntos por el Perú y liberales progresistas -Partido Morado- que cuestionan al conservador López Aliaga por haber sugerido en un programa de televisión que Sagasti sea reemplazado por el congresista de Acción Popular Otto Guibovich, esto luego que el canal Willax difundiera una noticia que ponía en duda la eficacia de la vacuna contra el covid-19 del laboratorio chino Sinopharm que viene administrando el Perú.

De acuerdo a Luciano Revoredo, director del portal conservador La Abeja, la actitud ambivalente de Hernando de Soto -un candidato percibido como de “derecha”- tiene que ver con el equipo de trabajo que le rodea en esta campaña electoral, algunos vinculados al progresismo y la izquierda que no ven con buenos ojos a López Aliaga, a quien de momento las encuestas le dan cerca de un 8% de intención de voto, cifra menor pero relevante en un contexto en que el candidato que lidera los sondeos apenas llega al 12%.

“Hernando de Soto, habiendo sido un hombre brillante, ha perdido muchas de esas condiciones y reflejos, algo propio de su edad. Por otro lado, anda con muy malas compañías, entre la gente que es más cercana a él en la campaña hay una serie de progresistas promotores de la ideología de género e incluso gente de izquierda, como el señor Paredes Terry, vinculado al Movadef [el brazo político del grupo terrorista Sendero Luminoso], cosa que Hernando de Soto hasta el momento no ha sido capaz de deslindar ni aclarar si quiera. Él ha declarado que es un liberal, que en Estados Unidos sería considerado un hombre de izquierda, lo que no está muy lejos de ser verdad. Entonces, las posiciones más conservadoras de López Aliaga no le convencen mucho. Si él [De Soto] apareció en la marcha del viernes pasado, seguramente asesorado por alguien, fue pensando que si López Aliaga era excluido de la contienda él podía pescar una buena votación mostrando solidaridad en ese momento. Para sus intereses, salió mal la jugada”, comenta Revoredo, recordando que el JNE resolvió que López Aliaga continuara en la carrera electoral.

Revoredo, ante las opiniones de algunos expertos que advierten que una “derecha dividida”- como parece ser el caso de las candidaturas de López Aliaga, Fujimori y De Soto- abriría el paso a la izquierda, encarnada en los candidatos Yohny Lescano -de arraigo provinciano- y Verónika Mendoza -vinculada al Grupo de Puebla-, asegura que esto sería poco probable, pues estas facciones se encuentran todavía más atomizadas.

La izquierda está más dividida que la derecha. Los candidatos más notables son Verónika Mendoza y Yohny Lescano. Este último, aunque va con la bandera de Acción Popular, que siempre ha sido un partido de centro democrático, con su liderazgo se convierte en una candidatura de izquierda. Mientras ellos corran por separado, seguirán desunidos. A ellos habría que sumarles otros candidatos menores que se identifican con la misma tendencia, y también incluir al Partido Morado, que, aunque lo nieguen, son un partido de izquierda, quizás el más perverso. Lo que vemos según los últimos sondeos es a Keiko Fujimori estancada, Hernando de Soto estancado y con tendencia a seguir bajando en la medida que el crecimiento de López Aliaga yo creo que ya es una inercia electoral que va a seguir avanzando. Salvo que haya una sorpresa, la segunda vuelta se daría entre Lescano y López Aliaga”, asegura.

Foto: Archivo Personal

Una campaña errática e indefinida

Para César Félix Sánchez, magíster en filosofía por la Universidad de Piura (Udep), los roces entre los dos candidatos más resaltantes de la derecha peruana surgen por la campaña “errática e indefinida” de Hernando de Soto, que pasa de abrazar a López Aliaga y saludar su candidatura, a atacarlo frontalmente, copiando el discurso de la izquierda y los liberales progresistas que en contubernio hoy gobiernan el Perú a través de Francisco Sagasti -Partido Morado- en el Ejecutivo y Mirtha Vásquez -Frente Amplio- en el Congreso.

“Con su actitud, Hernando de Soto deja la impresión de que cuando ve que su potencial electorado se asusta de sus compromisos con López Aliaga, inmediatamente se corre a la izquierda. Pero cuando ve que puede pescar votos en el electorado de López Aliaga, y que también parte de su electorado exige un compromiso mayor con posiciones de derecha, se corre a abrazar a López Aliaga. Esto es una señal de falta de identidad política y de oportunismo”, sostiene.

Sobre López Aliaga y su sorpresivo crecimiento en las encuestas, César Félix Sánchez explica que esto se da porque el candidato “pesca votos de un panorama más amplio”, pues la causa del “antiprogresismo” y anticomunismo que enarbola el líder de Renovación Popular le da una mayor capacidad de comerse los restos del fujimorismo, la derecha popular que llega debilitada al 2021 tras cinco años de desgaste.

“De Soto puede picar algo del fujimorismo, intenta hacerlo, pero su priorización económica lo circunscribe a un ámbito mucho más pequeño, porque en el Perú los liberales doctrinarios no entrarían ni siquiera en la tribuna occidental del Estadio Nacional, principalmente porque se expulsarían entre ellos, cosa que suelen hacer los grupos pequeños altamente ideologizados en estas doctrinas económicas. La posibilidad de que De Soto crezca es menor que la de López Aliaga, por eso trata de atacar a su rival más cercano en el espectro para tratar de sacarle votos. Es muy probable que no pueda ganar esta apuesta porque la sensación que dejaría De Soto es que está virando a una campaña mucho más confrontacional, simulando a López Aliaga que lo ha sido desde el inicio. Y si lo hace, lo único que va a generar en el elector es la sensación de que es una imitación barata y descafeinada de López Aliaga. Es un acto de desesperación de Hernando de Soto que evidencia que está sintiendo la pegada de estar quedando estancado en las encuestas”.

Foto: Archivo Personal
.
Fondo newsletter