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OTRA PRUEBA DE LA islamización progresiva de Francia 

Una escuela de Marsella (Francia) separa a niñas con hiyab y niños en el aula y en el patio

Captura del programa "Zone Interdite" en M6 (Francia). Twitter

Una escuela de Educación Primaria de Marsella (Francia) separa a niñas con hiyab y niños en una misma clase y en el patio, y lo justifica asegurando que es «un acto necesario para respetar los códigos religiosos».

Así, en el recreo no se permite el contacto entre niñas y niños, y los recintos en los que juegan están separados por una pared. El vídeo de la secuencia que ha indignado a la sociedad francesa ha sido emitido en el programa «Zone Interdite» de la televisión francesa M6. En él, una profesora explica que los niños deben aprender a vivir sin contacto con el sexo opuesto desde una edad temprana. Señala que los menores -desde 5 y 6 años- «se pueden ver», pero deben convivir juntos «sin necesidad de hablarse». «Es política del colegio», subraya.

El programa ya mostró que en Roubaix, ciudad del Flandes francés, se venden muñecas sin rostro en algunas jugueterías. Muñecas sin cara; sin ojos, nariz, ni boca. El público que las compra es una comunidad islámica muy radical que considera abominable la representación del rostro humano en cualquier formato o modalidad.

La ciudad tiene siete mezquitas, una abiertamente salafista, barrios en los que no impera la ley nacional, secciones solo para mujeres en los restaurantes y librerías que venden obras que abogan por «la guerra santa contra los infieles».

Hoy, una mayoría de franceses comienza a dar muestras de su hartazgo con la inmigración y el multiculturalismo, y es consciente de que la islamización progresiva de Francia es una amenaza existencial. Así, prácticamente siete de cada diez sostienen que su país «ya no es como antes» y que los extranjeros «no hacen los suficientes esfuerzos por integrarse». El 69% dice estar convencido de que hay «demasiados inmigrantes en Francia», mientras que cerca de dos tercios (el 62%) señala que la inmigración es la primera causa de la inseguridad en las calles de la nación.

En este contexto lanzó Éric Zemmour, hoy luchando por el tercer puesto, según las últimas encuestas, su carrera presencial. «Para que nuestros hijos y nuestros nietos no conozcan la barbarie, para que nuestras hijas no vayan con velo y nuestros hijos no sean sumisos, para que podamos transmitirles la Francia tal y como la conocemos y la recibimos de nuestros antepasados…», manifestó.

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