De las esquelas de ABC han salido mares de lágrimas, profundos suspiros, sonrisas torcidas, alivios del alma y hasta del cuerpo; de esos marcos negros con cruz, a los que uno se va haciendo adicto según pasan los años, han surgidos reconciliaciones, fracturas, amores, crisis familiares y hasta reportajes estupendos. Ayer, la versión digital del diario reunía una veintena de las más curiosas de sus esquelas. No son las mejores, pero son imperdibles. Como imperdibles resultan, para quienes seguimos la actualidad de los medios de comunicación –además de en los medios de comunicación–, las declaraciones que a la radio pública (RNE) hizo este miércoles el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González: “Si nos declaran nulo [el ERE en el que fueron despedidos 629 trabajadores] cerraríamos Telemadrid, pero tengo confianza de que esto no va a pasar”. No es la primera vez que lo dice, así que el popular reitera a la espera de la sentencia del Tribunal Supremo. Reiteración es también el qué sé yo que en algunas terminales mediáticas producen los avatares de los multimillonarios. Hace tres semanas les contábamos en esta sección que a algunos les escocía que los españoles con patrimonios superiores a los 740.000 euros hubieran aumentado un 13,2 por ciento respecto del año pasado y que ya asciendan a 402.000. Pues ahora resulta que nos ponemos picajosos porque Juan Roig, el dueño de Mercadona, es ya el segundo hombre más rico de España, según la lista Forbes, y porque Amancio Ortegaacumula una fortuna superior a la que suman los quince nombres que le siguen en ese ranking que tanto juego da cada vez que se publica.
Antes la envidia la enjugábamos semanalmente con la revista Hola!, entrando por unas monedas en el esplendor de la vida que nunca tendremos, esa que transcurre en palacios a veces lejanos, entre diseños de alta costura, obras de arte, comida gourmet, pura sangre, razas puras… Pero ya nada es igual y, a menos que bauticen al hijo de los duques de Cambridge, las del couché acostumbran a llegar al quiosco sin princesas, sin sueños y sin vidas que envidiar… entre cutres y soeces en demasiadas ocasiones.
Lo mismo Inés del Río, asesina, que ha recurrido el bloqueo que la Audiencia Nacional impuso a los 30.000 euros de indemnización que los diecisiete estupendos de Estrasburgo le habían concedido. Entre cutre y soez porque esos 30.000 hay que restarlos de la deuda que mantiene la liberada con las víctimas. No es por la cantidad de dinero, es por el recochineo y está bien que la prensa lo recoja.
No como con la exigencia que la vieja guardia socialista ha puesto sobre la mesa de Ferraz para que el PSOE rompa con el PSC, que el El País recogía, pero recogía en la misma crónica, con igual extensión y compartiendo titular con las palabras de Pere Navarro, líder de los socialistas catalanes, descartando la ruptura. A público.es, sin embargo, no le pareció conveniente juntar a uno y otro y dedicaba titular principal y foto a Alfonso Guerra para informar de que el ex vicepresidente pide armar una “alternativa socialista” en Cataluña y romper con el PSC. Una opción a la que se suma otra vieja gloria socialista:José Bono. Los dos son contrarios al llamado derecho a decidir de los catalanes, como Corcuera, como Leguina… son otra generación socialista, como El País, que no es el público.es que nació con, por y gracias aZapatero. Como la última reinvención de Rubalcaba, el superviviente intergenaracional, con un pie allí y otro acá. Desmembrado puede acabar. Como el socialismo, más por abismo generacional que por fractura territorial. O porque lo uno lleva a lo otro. La vieja gloria tenía claro lo de la unidad de España; esta promoción del PSOE lo considera discutible. Y en eso andan.
