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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Los claroscuros de las denuncias falsas por violencia de género

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Las denuncias falsas contra hombres en casos de violencia de género existen. Este es un hecho objetivo conocido por jueces y abogados que se dediquen al Derecho de familia.

Lo que ya no están tan claro, por falta de consenso y cifras concluyentes, es el porcentaje de denuncias falsas frente a las que no lo son. Según un informe del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en 2016 se presentaron en España 142.293 denuncia por violencia de género. De estas, más del 45% derivaron en sobreseimiento libre o provisional; casi el 12% terminaron en sentencia condenatoria y menos del 3% en condena absolutoria.

Si atendemos a otro informe del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, también del CGPJ, sólo el 0,4% de las denuncias por violencia machista serían falsas. Y es que de las 500 sentencias estudiadas por el propio Consejo General entre los años 2012 y 2014, sólo en dos ocasiones se abrió un proceso por falso testimonio contra dos mujeres.

Por otro lado, la Fiscalía especializada en Violencia sobre la Mujer reflejaba en su memoria anual de 2016 que únicamente el 0,0079% de las denuncias presentadas entre 2009 y 2015 serían falsas.

Sin embargo, existen contradicciones llamativas. Como que según datos del mismo CGPJ, entre los años 2004 y 2015, más de un millón de denuncias interpuestas por violencia de género fueron archivadas, no estaban probadas o incluso son consideradas simulaciones de delito. Este gran número de denuncias que no llegaron a recibir sentencia reflejan que esta práctica es más habitual de lo que pueda parecer. 

Además, es fácil encontrar multitud de informes independientes, elaborados por asociaciones y colectivos que incluso sostienen la correlación entre los fondos europeos canalizados para las políticas de género y el incremento de las denuncias falsas.

Sea como fuere, este tipo de denuncias son una realidad que, en mayor o menor porcentaje, afectan de manera habitual a los hombres en procesos de divorcio. Además son también una forma de violencia, una violencia que se produce sin necesidad de golpes o insultos y que deja también una huella difícil de borrar.

El principal motivo por el que las mujeres suelen interponer este tipo de denuncias es para quedarse con la custodia de los hijos, aunque otras mujeres denuncian a sus parejas por motivos económicos o simplemente por despecho.

Las consecuencias inmediatas que tienen las denuncias falsas por violencia de género para el hombre es pasar hasta un máximo de 72 horas en prisión preventiva. También se le expulsa del hogar familiar, no puede solicitar la custodia compartida de sus hijos y tampoco podrá solicitar ningún tipo de prestación pública.

En cambio, la mujer al interponer una denuncia falsa por malos tratos, tiene ciertos derechos como son la asistencia jurídica gratuita, ventajas laborales e incluso recibir una prestación social en caso de necesitarla. Además, las penas que puede recibir si se descubre que esa denuncia es falsa son mínimas.

Los hombres que son víctimas de esta lacra tienen que enfrentarse a un doble juicio. Por una parte, deben acudir a los tribunales, junto con un abogado especialista en denuncias falsas, donde se enfrentan a la justicia.

 

El segundo juicio al que se enfrentan los hombres víctimas de denuncias falsas por malos tratos es el social, ya que aunque sean inocentes, muchas de sus amistades, familiares o incluso compañeros de trabajo, pueden estigmatizar a la víctima al pensar que son culpables.  

Por Mercedes Patón, de Patón&Asociados

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