Los partidarios del aborto siempre intentan ocultar la parte más turbia del asunto, que es toda. Pero detrás del concepto-muro-de-contención «aborto» hay una aberrante realidad, que sólo a base de densísimas campañas edulcorantes logra ser ocultada una y otra vez. Jordan Boyd desvela en The Federalist, ya no esa durísima realidad, sino la otra cara del crimen: el pornográfico negocio subyacente con los restos de los bebés que lidera multinacionales del asesinato como Planned Parenthood. «Imágenes recientemente publicadas», escribe, «capturadas por periodistas encubiertos en 2015, muestran al personal de Planned Parenthood discutiendo el proceso de recolección de partes de bebés abortados y supuestamente exponen un plan para traficarlas»; «Kamala Harris había bloqueado previamente la publicación de estas imágenes» que ahora han salido a la luz.
La transcripción del diálogo de los trabajadores es espeluznante, vomitiva para cualquier persona con un mínimo de sensibilidad y alguna conciencia humana, de modo que se la ahorro a los lectores que no accedan a la fuente original. No obstante, conviene saber que la grabación se obtuvo con dos periodistas que se hicieron pasar por empresarios interesados en comprar tejidos de fetos. «En los clips», escribe, se les ve «discutiendo la venta de partes del cuerpo de fetos» con personas identificadas como la directora médica de Planned Parenthood Gulf Coast (PPGC), la Dra. Ann Schutt-Ainé, y el vicepresidente de Abortion Access, Tram Nguyen; este último comienza el video diciendo: «Tienes que venir y jugar con nuestro tejido y ver si es lo suficientemente fresco para ti».
«Me hablaste de la propuesta, y ahora cada vez que hago un D&E [aborto por dilatación y evacuación], pienso: ‘Oh, hay algunos pulmones, hay algunos riñones'», explicó Schutt-Ainé”. «Yo le dije: ‘Sí, tengo una pierna para ti’. Y pensé: ‘Oh, mierda, si otras personas me escucharan, dirían: ‘Eres jodidamente malvada'», dijo”. A la doctora le parece gracioso arrancar piernas y brazos «frescos» a bebés «en el borde del útero». Su clínica recolecta entre 30 y 50 miembros al mes.
Por supuesto, Planned Parenthood ha negado que venda miembros de bebés abortados y asegura que sólo comercializa una pequeña parte de tejido fetal para investigaciones científicas. Entonces entró Kamala Harris en la trama: «Estas afirmaciones alimentaron la lucha legal de Harris, quien se coludió con Planned Parenthood y NAF para atacar a Daleiden por exponer al gigante del aborto, según sus abogados. Parte de la acusación implicó una redada en la casa de Daleiden, donde los investigadores supuestamente confiscaron imágenes que implicaban aún más al gigante del aborto y se las entregaron a los donantes de la campaña abortista de Harris». Daleiden todavía lucha por librarse de ocho acusaciones graves y posible prisión, la intervención la entonces fiscal general de California, Kamala Harris, fue clave para sacar a Planned Parenthood del foco y perseguir al mensajero, David Daleiden, director del proyecto Center For Medical Progress y autor de las grabaciones.
No sorprende esta actitud de Harris, porque su obsesión abortista ha permanecido inalterable durante décadas. Ahora The Daily Caller desvela en exclusiva la agenda «extrema» de Harris-Walf para eliminar «todos los límites al aborto». Susan B. Anthony Pro-Life America ha enviado un documento a los candidatos republicanos, al que ha tenido acceso The Daily Caller, en el que detallan esta agenda de la muerte y los antecedentes de ambos demócratas en lo referente al aborto. «Harris y Walz no apoyan la idea de que se impongan límites al aborto y quieren imponer esta posición extrema en los 50 estados… incluso en los dolorosos abortos tardíos, en el séptimo, octavo y noveno mes de embarazo», dice la presidenta de la SBA. «Harris está tan comprometida con el aborto que no puede ver nada más, ni siquiera las etapas de desarrollo de los niños antes del nacimiento ni las necesidades reales de las mujeres».
Paradójicamente, mientras los demócratas no escatiman recursos para facilitar el asesinato de bebés, son incapaces de solucionar la escasez de médicos que pone en riesgo la vida y salud de todos los ciudadanos. Escribe Deane Waldman en The Federalist: «La escasez de enfermeras, terapeutas y médicos es innegable y está empeorando. Entender por qué la gente se va ayuda a entender por qué se convirtieron en proveedores de atención, especialmente médicos, dado el tiempo, el estrés y el costo necesarios para convertirse en uno».
¿Cuál es la causa de la escasez? La hiperregulación, denuncia Waldman. «!Los proveedores de atención médica demuestran su autoestima cuando ayudan a curar a una persona enferma a través de sus esfuerzos personales», señala, «la cantidad de avisos, pautas, prohibiciones, algoritmos clínicos, estándares de crisis y mandatos clínicos de Washington es literalmente incontable. Estos mandamientos federales efectivamente quitan las decisiones de atención de las manos de los médicos. A medida que aumenta el número de regulaciones, la recompensa psíquica se reduce hasta desaparecer. Y cuando la recompensa psíquica desaparece, también desaparecen los proveedores de atención».
