El alquiler turístico ha reducido en los últimos años la oferta potencial de vivienda disponible para uso residencial en España y representa ya el 10% del tamaño del mercado del alquiler con 340.000 viviendas.
La proliferación de este tipo de viviendas afecta de forma muy desigual por zonas geográficas. Sobre todo se concentra en determinadas áreas como Málaga, Marbella, Elche y Palma de Mallorca, y en los distritos céntricos de las grandes ciudades con mayor actividad turística como Barcelona, Madrid, Sevilla y Valencia.
Así lo asegura el último informe del Banco de España titulado El mercado de la vivienda en España: evolución reciente, riesgos y problemas de accesibilidad que ha analizado el mercado de vivienda durante 2023.
El informe señala cómo en esos barrios en los que se concentra el mayor número de pisos para alquiler turístico, se desplaza la vivienda residencial y se experimentan mayores incrementos en los precios de compra y alquiler de vivienda.
Por ejemplo, en Valencia, el peso del alquiler turístico supone entre el 13% y el 90% del parque de vivienda en alquiler; en Sevilla, estas viviendas han llegado a ser 1,5 veces más comunes que las viviendas de alquiler residencial en algunos barrios del centro; y en ciudades como Barcelona, las zonas con más viviendas tipo Airbnb el precio del alquiler ha subido un 7% y el de venta un 17%.
Y así sigue subiendo el precio del alquiler sin que aumente el salario de los arrendatarios, que cada vez tienen que hacer un mayor esfuerzo asociado al alquiler de una vivienda. En el caso de los colectivos con rentas más bajas ese esfuerzo se ha incrementado de forma considerable durante los últimas dos décadas.
El potencial de gasto en vivienda de alquiler en términos de renta se situó en 2021 por encima del 25% para el promedio de los hogares. Pero estos ratios alcanzan valores máximos, en torno al 40% de la renta neta, en áreas urbanas donde se concentra el dinamismo poblacional y la actividad turística.
El porcentaje de hogares en alquiler que se encuentran en una situación de sobresfuerzo es mayor en los centros de las áreas urbanas y en determinadas Comunidades Autónomas. En particular, el gasto en alquiler supera el 40% de la renta neta para más del 50% de los arrendatarios en los centros urbanos de la Comunidad de Madrid, Andalucía, Islas Baleares y Cataluña.
El elevado esfuerzo que supone el gasto en vivienda para determinados colectivos los coloca en una posición económica vulnerable. Así, España destaca como la economía europea donde un mayor porcentaje de personas que viven de alquiler se encuentra en una situación de riesgo de pobreza o de exclusión social. En 2022, se encontraban en esta situación un 45% de los hogares españoles que residían en una vivienda alquilada, frente al 31% que se observaba en el promedio de la UE.
