En los sueños épicos de la izquierda clásica, el de ayer debería haber sido un día glorioso, una especie de espaldarazo masivo a las credenciales socialistas del gobierno de Sánchez, porque, ¿qué mayor honor para un revolucionario que tener descontentos a eclesiásticos y empresarios?
En la vida real, en cambio, la situación es otra. Ayer la Curia romana desmintió a Carmen Calvo, recién regresada de la Ciudad Eterna, donde se había reunido con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin. No, no es cierto que la Iglesia hubiera dicho una palabra sobre el lugar de inhumación de Francisco Franco, una vez exhumado de su actual sepultura en el Valle de los Caídos. Y a Pedro, ese mismo día, el Instituto de Empresa Familiar le ponía las peras al cuarto, reprochándole su enloquecida política económica. Ya solo falta que Torra deje de invitarle a sus calçotadas y Pablo a su piscina.
No hay ni que decir que la Comisaria Gallego se ha encargado de que una de las noticias no aparezca siquiera en su primera, y la otra vaya al revés. Esta segunda corresponde a la foto que ilustra su primera, donde aparece Calvo entrando en el Congreso con el titular: ‘Calvo apela a la ley para evitar el entierro de Franco en la Almudena’. No la conozco en profundidad, pero no veo muy bien cómo puede una ley impedir que un muerto sea enterrado en un nicho propiedad de la familia, a instancias de ésta.
El titular de apertura nos cuenta que ‘Sánchez ofrece a PP y Ciudadanos negociar los Presupuestos’. Qué generoso por parte del señor de los 84 escaños, contar con la opinión del partido más votado y con la cuarta fuerza parlamentaria.
ABC es previsiblemente inmisericorde. Divide su primera en dos cuadros, uno con Calvo y otro con Sánchez, ambos cariacontecidos y unidos por un expresivo titular: ‘Mal día para el Gobierno’.
El Mundo saca como ilustración a Sánchez solo y aislado, sentado a lo lejos mientras aplaude. Primer titular: ‘Crisis con el Vaticano por no saber qué hacer con Franco’. Los planes de este gobierno suelen constar de dos puntos, en este caso: 1. Sacar a Franco del Valle de los Caídos. 2. Ya veremos. Y es en el punto 2 donde las cosas empiezan a ir mal.
El segundo titular va con la foto triste: ‘Bronca empresarial a Sánchez por anteponer el poder a la economía’. Reprocharle a un político que anteponga el poder a la economía viene a ser como si reprochamos a un empresario que anteponga el beneficio a la política, pero esa es otra cuestión. En realidad, lo mejor de la escena es lo que tuvo de simbólica, con un Sánchez mohíno y aislado tras una bronca.
La Razón le dedica también la foto, con el pie: ‘Los empresarios avisan a Sánchez’. No me gusta, lo confieso. Probablemente todo tendría sentido en lo que dijeron, las medidas económicas de Sánchez son caóticas y disparatadas y nos amenazan de ruina. Pero los empresarios ‘avisando’… No, no me gusta demasiado.
El titular que abre incide en la otra noticia: ‘El Vaticano rectifica a Calvo: no hay acuerdo sobre Franco’. Calvo ha tenido que ser espectacularmente torpe para que la suavísima diplomacia vaticana haya corrido a desmentirla con esa contundencia y prontitud. Nunca he tenido que negociar con un japonés, pero me dicen que este pueblo evita siempre que es humanamente posible la palabra ‘no’, considerando terriblemente descortés una negativa directa. La diplomacia vaticana es similar, y no nos extrañaría que Calvo, a la que no podríamos achacar exceso de sutileza, haya confundido la ‘finezza’ romana con el asentimiento.
