Katalanskiy Prozyess

Supongan que llevan en coma cosa de un año y medio, despiertan y se encuentran con el titular que abre hoy El País: ‘La UE apoya a España contra los ciberataques en Cataluña’. ¿Qué pensaría?

Por ‘ciberataques’ uno entiende cosas como que desactiven un servicio online, que roben datos a mansalva y los esparzan por las redes, que introduzcan virus que lleven al caos. Y, tratándose de una operación que abre el diario de referencia -con su propio cintillo azul- y que demanda el apoyo de toda la Unión Europa, uno imagina a la gente sin poder acceder a sus cuentas corrientes y cosas de este palo.
Pero no. Están hablando de «manipulación de la opinión pública». Ya saben: blogs con mentiras, tuits y comentarios en redes sociales que difunden falsedades o hacen propaganda. Es decir, lo que uno está acostumbrado a encontrar en la red todos los días, a todas horas.
Sin embargo, de algún modo tenemos que creer que ese material mágico llegado supuestamente de Rusia es algo terrible e inusual y con una influencia terrorífica, y que TV3, RAC1 o el Ara durante años y años han sido perfectamente legítimos y con un poder de convicción insignificante.
Sí, seguramente han sido los ‘hackers’ rusos los que la han liado parda en Cataluña. La educación impartida por la Generalitat ha sido impecablemente objetiva en estas décadas pasadas o no ha dejado huella alguna en la mente de los catalanes. Nada que decir contra la riada de subvenciones a medios afines y a un sinfín de iniciativas culturales.
Es, evidentemente, culpa de Rusia. El Prozyess Katalansky.
Los medios elefantiásicos como Prisa, además de no influir tanto como los tuits rusos, todo el mundo sabe, solo piensan en informar del modo más aséptico posible a sus usuarios. No tienen una agenda, ni sus dueños, intereses que quieran promocionar. Es un negocio celestial, compuesto por inmaculados ‘sacerdotes de la información’ e inversores que arriesgan montañas de dinero por conciencia cívica y amor a la verdad.

Miren, por ejemplo, la portada del ABC de hoy. En sus cuatro esquinas, sobre un fondo azul cielo, cuatro personajes: Puigdemont, Junqueras, Anna Gabriel y Ada Colau. Titular: ‘Menos juntos y mucho más revueltos’. ¿Les parece un titular informativo?

En El Mundo, como primera noticia, ‘La mili iba a ser obligatoria en la Cataluña independiente’. Hombre, no sé; que alguien haya esbozado un plan sobre el futuro ejército catalán me parece verosímil; que fuera el único, o que tuviera posibilidades reales de aplicarse ya me extraña algo más.
También en primera, y esta va con foto, ‘Exiliados lingüísticos’. Que las autonomías están haciendo tonterías sin cuento con el ‘idioma diferencial’ es cosa archisabida, y no precisamente de ayer. Es, por otra parte, lo que han hecho todos los nacionalista en el mundo adelante (los irlandeses, por ejemplo) para dar cohesión diferenciada a su territorio y promover la conciencia nacional.

Pero, ya digo, la noticia no es exactamente de ayer, y la información a base de casos particulares, aunque muy efectiva porque permite la identificación, se me antoja peligrosa por eso mismo.
Curiosamente, es La Razón la cabecera que hoy, a mi juicio, más acierta con el titular de primera: ‘La independencia divide a los soberanistas ante el 21-D’. Es cierto, es claro y es relevante.
En La Vanguardia empiezan a respirar, después de todo este susto. ‘Puigdemont y ERC empiezan a atemperar su discurso’. No sé yo si ‘atemperar’ es el verbo adecuado para decir lo contrario de lo que se ha venido diciendo hasta ahora, pero tampoco creo que se pueda pedir mucho más a los de Godó.
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