Y entonces la paz y la prosperidad descenderán sobre las castigadas tierras de España tras la ceremonia mágica del jefe de la tribu…
La cadena de taxis abarrotando la Castellana en Madrid es la foto de apertura de mis cuatro primeras. En medios y redes, unos los defienden y otros los atacan, normalmente, tras leer el argumentario de su bandería, pero tengo para mí que el español medio, ese que solo opina en los bares, ve sobre todo una ciudad colapsada y la inveterada costumbre de imponer medidas por la fuerza.
El País abre contándonos que ‘Sánchez pondrá fin con una ley a los recortes educativos del PP’, y tantas veces he leído ya la de cosas que hará este buen hombre con nuestro dinero que empiezo a imaginar que los fondos son inagotables. Como, pese a todo, sé que no lo son, me pregunto de dónde va a recortar o hasta qué punto va a endeudar a España.
De segundo, ‘España pide ayuda a la UE ante la presión migratoria’. En este caso, ya ven, no es Sánchez ni los socialistas, ni siquiera el Gobierno, quien pide esa ayuda, es España. Porque ayer mismo el propio diario de reverencia decretó que ver la «presión migratoria» como un problema es -un momento, que lo miro- «unirse a la corriente que agita en la UE el discurso antimigratorio y radicaliza su postura contra las políticas de acogida». Al menos, si no eres de izquierdas.
ABC hace de la foto el titular: ‘Los taxistas bloquean Madrid contra Uber y Cabify’. ¿Y por qué no? Es el modo de conseguir las cosas en España hoy. Lo hacen los nacionalistas catalanes, lo hacen los subsaharianos en la frontera de Ceuta, aboga por ello cada día Podemos: rompe cosas, y papá te dará lo que pidas. Los incentivos son clarísimos, y lo pagaremos todos.
Lo saca El Mundo debajo de la foto: ‘Los taxistas doblegan a Fomento tras bloquear las grandes ciudades’. La anarcotiranía, que es el verdadero nombre del régimen, consiste en eso. Y volvemos a lo que, en Casado, es radicalismo antimigratorio y en Sánchez, prudencia política: ‘El Gobierno pide fondos a la UE para que Rabat frene la inmigración’. Imagino que no advierten lo humillante de este titular, de esta situación; un país normal no tiene que pedir a otro -y, menos aún, sobornándole- para que frene la entrada ilegal de otros en el territorio del primero, salvo que sea tan débil e impotente como la España de Sánchez.
En La Razón, ‘Los taxistas amenazan con bloquear España’. Y las amenazas funcionan de maravilla, mucho mejor que el cumplimiento estricto de la ley. Y también: ‘Sánchez ya tiene el real decreto ley para poder exhumar a Franco’.
Y entonces la paz y la prosperidad descenderán sobre las castigadas tierras de España tras la ceremonia mágica del jefe de la tribu.