«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Por carceleras

Llevamos tanto tiempo de no creérnoslo, que cuadra el estupor de los independentistas.
A Montesquieu, digo, a todo eso de la separación de poderes y de la independencia del poder judicial. Debería parecer natural, no solo porque está explícitamente estipulado así en nuestra Constitución, sino porque es uno de los ingredientes de lo que llamamos «una democracia moderna». De todas.
Pero nos hemos vuelto unos cínicos, y estos secesionistas uno de cuyos puntos principales es hacer de Cataluña una ejemplar «democracia moderna» reaccionan con un estupor -real o fingido- a la acción de los tribunales, como si les costara captar el concepto.
Porque prefiero no pensar en la alternativa, a saber, que en su republiqueta los jueces serían tan independientes como la televisión pública.
Es un espectáculo curioso, como imaginar una tertulia en la que un tertuliano le dice algo a otro y este le pregunta a un tercero qué ha querido decir o por qué dice eso. Y yo, que no creo ser menos escéptico que la mayoría, creo que esta vez se equivocan y las cosas están funcionando como se supone que deben hacerlo.

‘Junqueras a prisión; petición de captura de Puigdemont’. No me hagan mucho caso, pero creo recordar que no había visto nunca un punto y coma en un titular de apertura de El País. No queda mal, le da un aire de urgencia, de teletipo, muy apropiado.
La foto es una bonita perspectiva nocturna de los furgones policiales que habrían de llevar a los acusados a la cárcel.
Es difícil sustraerse de la impresión de que el plan de los secesionistas se asentaba en premisas que han resultado fatalmente erróneas. Parecen haber contado, comprensiblemente, con un gobierno en Madrid crónicamente débil y titubeante y con un sistema judicial dócil y dependiente.
Tampoco dice mucho de su perspicacia no haber previsto que la ridícula fuga de Puigdemont y sus cuates hacía prácticamente inevitable la prisión incondicional de sus cómplices. En realidad, han forzado la mano hasta hacer imposible otra respuesta.
Está, naturalmente, el maquiavelismo de procurar esa foto, los mártires en la cárcel. Si ese es el plan, sinceramente, me parece muy poco serio y un modo de confundir la realidad con una película.
ABC parece entenderlo así. Abre con una foto de Junqueras caminando y, en un recuadro arriba a la derecha, otra borrosa de Puigdemont en un café de Bruselas. Titular previsible: ‘Puigdemont abandona a los suyos’.
En El Mundo, los consellers enchironados avanzando en modo ‘Reservoir Dogs’. Y un titular de los que escuecen: ‘A la cárcel sin Puigdemont’.
La Razón cae en la rima: ‘Prisión por rebelión’. Es bueno cuando la noticia es tan impactante que su titular puede concentrarse en tres palabras, sin verbo, con la contundencia de la maza del juez al golpear la madera.
Claro que tampoco es cuestión de dejarlo en una, con ese tono casi lloroso que se le adiviba a El Periódico: ‘Encarcelados’.

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