Siguen el ‘procés’ y la Constituyente disputándose las primeras, con esa insidiosa apariencia de rima interna, de principio y postrimerías de un fenómeno similar.
En cuanto a lo primero podríamos hablar de una nacionalización de una de las derivadas, la pasión xenófoba de los cupaires contra todo lo que traiga dinero, si no fuera porque el de ‘nación’ se ha vuelto un concepto discutido y discutible y no sabe ya uno de cuál está hablando.
Es el caso que el «apedrea a un turista» se ha puesto de moda y ha dado el salto fuera de Cataluña a otras zonas de la periferia. Lo cuenta así El País: ‘Los ataques al turismo se extienden de Cataluña a Baleares y Valencia’, y subtitula: «Al menos siete hoteles de Barcelona han sufrido este año agresiones como la apoyada por la CUP». Leía ayer en Twitter (@Friedrichavh) que hemos pasado de aborrecer a los extranjeros porque nos quitan el empleo a odiarles porque nos lo traen.
Vale, el dinero no da la felicidad. Pero, caramba, hace bastante, y donde no hay harina todo es mohína. Y a veces da la impresión de que nuestra propia prosperidad nos ha hecho olvidar lo bonito que es llegar a fin de mes.
Por ejemplo, Neymar, que es foto de primera en el diario de referencia. Los cataríes dueño del PSG han pagado una cifra récord por el futbolista brasileño, 222 millones, y los culés, inflamados por la pasión futbolera, hablan de una sencilla transacción comercial como si el jugador fuera un comandante que se pasa al enemigo en plena batalla. He llegado a leer que, en su política de fichajes, el Barça solo debe contratar a quienes quieran venir al equipo por amor a la camiseta y no por dinero, palabra.
¡Ay, los colores!
De segunda, ‘Fraude de al menos un millón de votos en el golpe de Maduro’. Hasta la empresa contratada por el régimen se ha ido de la lengua y ha denunciado el gigantesco pucherazo, aunque apuesto que éramos mayoría los que esperábamos este resultado y esta noticia.
ABC le da la portada a Maduro, una de las suyas, de la Escuela Simbolista. Don Nicolás levanta el puño abajo, sobre un fondo parcialmente ocupado por una bandera venezolana. ‘Confirmado el fraude de la Constituyente’.
Neymar vuelve a ser la foto al volante de su Audi, con cara de pocos amigos, como si no le acabase de tocar la lotería catarí, esta vez en El Mundo. Pero aquí viene encabezando noticia: ‘Neymar, ‘fichaje de Estado’. Sostiene el rotativo que el fichaje amenaza con desestabilizar en mundo del fútbol. Ni idea, doctores tiene la Iglesia.
Lo de Venezuela lo da con el titular más preciso: ‘La empresa que contó los votos acredita el pucherazo de Maduro’.
Y, abajo, se ocupa de la ola de turismofobia que nos invade y la amplía: ‘Los ‘abertzales’ se unen a la campaña antiturismo de los radicales catalanes’. Bueno, tenía que llegar, que no en vano nuestro ‘guiri’ es un préstamo de allí. Al parecer, durante la Carlistada acabaron llamando ‘cristinos’ -giristinoak- a todo el que venía de fuera. Se non è vero…
No deja de ser curioso que, en general, sean los mismos los que sonríen a quienes quieren eliminar todas las fronteras y a los que desean crearlas no solo nuevas sino, al parecer, inexpugnables al extranjero. El futuro parece presentarse bastante caótico.
La Razón abre gráficamente con células bajo el microscopio: ‘Borrada una enfermedad hereditaria en un embrión humano’. El País también lo da, pero el redactor, imagino que para no enfrentarse a las mil puntualizaciones que hacen los investigadores cada vez que aparece un titular de lo suyo en prensa, lo dan así: ‘Gran avance científico contra una enfermedad de tipo hereditario’. Y a ver quién es el listo que les discute que es un «gran avance científico».
Inmediatamente debajo, ‘Maduro manipuló en un millón de votos las elecciones constituyentes’.
Y: «Turismo-borroka»: los radicales de la Cup atacan ahora yates en Palma’. Estos chicos, haciéndose querer.
Todos Los Trasgos de Carlos Esteban en el siguiente enlace.
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