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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

1.500 personas reivindican una escuela catalana 'sin injerencias políticas'

“Da la impresión de que anteponen el respaldo a la causa nacionalista a la defensa del principio fundamental de protección de los derechos de los menores afectados”, denuncia una madre de alumnos acosados en El Palau.

Más de 1.500 personas se concentraron este domingo en la Explanada del Mercado de Sant Andreu de la Barca (Barcelona) para manifestarse en señal de protesta ante la situación de sectarismo y adoctrinamiento que sufre toda la comunidad educativa (alumnos, padres, profesores…) en algunos centros de enseñanza de Cataluña, promovida y consentida por las autoridades educativas catalanas.
Además, la concentración se celebró para solidarizarse con todos los alumnos que sufren acoso y discriminación ideológica, con especial mención a los jóvenes del Instituto El Palau, señalados por ser hijos de agentes de la Guardia Civil tras los hechos acontecidos en Cataluña el 1-O.
Paqui Luque, una de las madres afectadas, recordó los hechos en una emotiva intervención. Bajo gritos de ¡no estás sola! solicitó a la Inspección educativa, a los sindicatos mayoritarios del  sector, al Síndic de Greuges y al Consejero de Enseñanza que reflexionen sobre su comportamiento, ya que “da la impresión de que anteponen el respaldo a la causa nacionalista a la defensa del principio fundamental de protección de los derechos de los menores afectados”.
Luque también reclamó un sistema educativo “en el que todo el mundo tenga
cabida, en el que tenga espacio el espíritu crítico y la libertad, donde las lenguas
convivan con la naturalidad con que lo hacen en la calle y en la que no se calle al
disidente ni se valore a los alumnos por su adhesión a ningún discurso”.
Después de esta intervención, una miembro de la iniciativa, Dolores Agenjo, y el portavoz del acto, Bartolomé Barba, procedieron a la lectura de un manifiesto -en catalán y en castellano- en el que se recoge que el actual modelo educativo catalán no reúne los mínimos estándares de neutralidad institucional en una sociedad que se pretende democrática.
Ambos estuvieron acompañados en todo momento por dos representantes de cada una de las distintas entidades convocantes, encargadas de impulsar la iniciativa “Por una escuela de todos”. Bajo el lema “¡Ni sectarismo ni adoctrinamiento! Por una escuela de todos”, Agenjo y Barba indicaron que “la Administración catalana no debe orillar el pluralismo social y lingüístico ni contribuir a la manipulación ideológica, la instrumentalización política o la eliminación de los postulados que no se amolden a los parámetros fijados por una élite nacionalista”.
El manifiesto reivindicó la convivencia entre alumnos, padres, profesores y todos los miembros de la comunidad educativa con el objetivo de fortalecer la debilitada cohesión social entre los catalanes. Para ello, la declaración apuntó a la necesidad de la existencia de una escuela respetuosa con la libertad ideológica y los derechos lingüísticos de todos los ciudadanos.
Asimismo, las entidades promotoras del documento invitan a la escuela catalana a “instruir en valores democráticos y asumir que los contenidos nacionalistas no son los de toda Cataluña porque Cataluña es plural”. Por ello reclamaron que se defiendan y se respeten las diferentes identidades coexistentes en Cataluña en una escuela cívica, bilingüe, integradora y participativa.
Demandaron a las instituciones catalanas que acepten la neutralidad institucional como principio fundamental de la democracia, evitando y sancionando pronunciamientos, discursos y exhibición de símbolos partidistas en los centros de enseñanza.

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