El miércoles tuvo lugar en Algeciras (Cádiz) un nuevo atentado yihadista. El atacante, un sujeto de nacionalidad marroquí, acabó con la vida de un sacristán mientras profería consignas en árabe. Yasine Kanjaa, así se llama el asesino, es, lamentablemente, uno más en la cuenta de los 16 yihadistas que, desde 2020, han utilizado las rutas de la inmigración ilegal para entrar en territorio español sin ser detectados.
Esa es la cifra concreta, pero los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) consultados por La Gaceta de la Iberosfera aseguran que «podrían ser muchos más» ya que «con los actuales medios humanos y materiales es muy complicado detectar a toda la inmigración ilegal que entra en España».
Esta circunstancia fue aprovechada por Abdel Bari y dos de sus aliados. De origen egipcio, Bari era uno de los Foreign Terrorist Fighters-FTF de DAESH más buscados en toda Europa, incluso tenían constancia de su perfil en las oficinas del FBI. Dicho sujeto aprovechó las rutas de la inmigración ilegal que conectan Argelia con Almería para acceder a territorio español sin ser interceptado. Más concretamente partiendo desde el área de Orán, según apuntaron en su día a este medio fuentes de la investigación.
Abdel Bari y sus hombres de confianza fueron detenidos en abril del 2020, mientras se encontraban residiendo en una vivienda de la céntrica Calle Cádiz, en pleno centro de Almería.
Meses después, en octubre del mismo año, dos yihadistas alineados con Al Qaeda –y de nacionalidad marroquí– fueron detenidos en Melilla y Mogán (Gran Canaria). En este caso, fuentes de la investigación revelaron que los detenidos eran seguidores de la corriente Takfir, la misma de la célula que atentó en Cataluña en 2017. De los dos terroristas detenidos, el detenido en Mogán llegó a Canarias a través de las rutas de la inmigración ilegal provenientes de la zona de El Aaiún y el detenido en Melilla accedió a la Ciudad Autónoma desde Beni Ensar (Marruecos).
Entrado el año 2021, durante el mes de enero, fueron detenidos en Barcelona tres yihadistas, –dos libios y un marroquí– que habían viajado hasta la Ciudad Condal con intenciones de preparar unos atentados de forma inminente. Acorde a lo revelado por fuentes de la investigación, los tres presuntos terroristas accedieron a España a través de la ruta Argelia–Almería. Utilizaron la vía de la inmigración ilegal para llegar a España sin ser detectados. Aplicando el mismo modus operandi de Abdel Bari en una embarcación desde suelo argelino evadiendo todo tipo de controles en los puertos de origen y destino.
En octubre del mismo año, 2021, durante la «Operación ARBAC«, fueron detenidos un total de cinco yihadistas de origen argelino y pertenecientes a la corriente Jund al-Khilafah in Algeria (JAK-A). Llevaban tiempo siendo monitorizados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), los servicios de inteligencia de Argelia, el FBI y las Brigadas Provinciales de Información de Barcelona, Gerona y Madrid.
Estos sujetos también accedieron a territorio español a través de las rutas que conectan Argelia con las costas de Almería, Murcia, zona de Levante y Baleares. En este punto fue esencial la colaboración de las autoridades españolas con los servicios de inteligencia de Argelia, colaboración que podría verse afectada en mitad de las actuales turbulencias políticas, en un momento en el que la célula JAK-A se encuentra activa en la zona norte del país magrebí y las embarcaciones siguen accediendo más que nunca desde territorio argelino.
Durante el pasado año, no consta ningún yihadista detenido que guarde relación con las rutas de la inmigración ilegal. Sin embargo, para los agentes consultados por La Gaceta de la Iberosfera ha sido el año en el que mayor atención han tenido que prestar a los perfiles altamente radicalizados que utilizan las actuales rutas migratorias para acceder a España.
Asimismo, fue el año pasado cuando, según las mismas fuentes, comenzó la monitorización de los dos sujetos que fueron detenidos este mes de enero en la provincia de Almería. De nuevo, detenciones en las que sus implicados –de nacionalidad marroquí– guardaban vinculaciones con el yihadismo. Se trataba de dos sujetos adscritos a una célula perteneciente al Estado Islámico que estaba dispuesta a cometer atentados de forma inminente.
Los detenidos tenían conexiones con otro sujeto detenido en la provincia de Chtouka Ait Baha, al sur de Agadir y los tres se dedicaban al reclutamiento de adeptos para unirse a la cruzada yihadista del SAHEL. Los detenidos en territorio español también habían accedido a nuestro país a través de las rutas de la inmigración ilegal, acorde a lo confirmado por este medio con fuentes de la investigación.
Junto a Yasine Kanjaa, un total de 16 yihadistas que desde el año 2020 han aprovechado las rutas de la inmigración ilegal para entrar en España ajenos a todo tipo de control policial. Circunstancia motivada por el actual efecto llamada, la constante indolencia en materia migratoria del actual Gobierno y la evidente carencia de medios humanos y materiales entre los efectivos de las FCSE desplegados en los puntos calientes de la inmigración ilegal.