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HACE UNA DÉCADA QUE NO SUPERA LAS 60.000 TONELADAS

El cierre de explotaciones ganaderas por el aumento de costes provoca una bajada histórica de la producción cárnica en Asturias

Ganadería en Asturias. LGI

Asturias está registrando un descenso hasta mínimos históricos en su industria cárnica. Hay varios factores que explican esta contracción de la actividad en el Principado y que van desde la falta de relevo generacional al fuerte incremento de los costes de la energía o al aumento de los precios de las materias primas que ha provocado el cierre de explotaciones ganaderas.

Los datos que ofrece la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI) son indican que Asturias se encuentra en los niveles más bajos desde que se empezó a realizar este tipo de estudios estadísticos en 1990.

El pasado año el sector cárnico alcanzó una producción de 40.202 toneladas, lo que supone un descenso del 2,7% respecto al ejercicio anterior, y de un 11,6% en relación al año 2020. En realidad, hace una década que este sector cárnico en la región no supera las 60.000 toneladas y, desde entonces, la tendencia ha sido decreciente hasta el año del COVID, que dio la puntilla a gran parte de esta industria.

La industria cárnica en el Principado, incluido el despiece, la curación, la chacinería o los platos elaborados, está integrada por unas 90 empresas que emplean a unos 1.500 trabajadores, con una facturación anual en torno a los 100 millones de euros. Pero los costes disparados y los cierres en la hostelería por la pandemia en la región golpearon fuerte a la industria cárnica, que también ha acusado la guerra en Ucrania.

Los precios de la energía se han disparado hasta triplicarse o cuadruplicarse en algunos casos, y los costes de los productos básicos para alimentar al ganado, tales como los piensos, igualmente han sufrido una subida que, en muchos casos, los ganaderos no pueden permitirse. Estas subidas, a su vez, han tenido su repercusión en la cadena productiva, con incrementos de hasta un 30% en los despieces, un 65% en la canal de cerdo o un 70% en la elaboración de chorizo y morcilla asturiana.

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