España ha perdido, entre 2013 (el máximo histórico) y 2023, 450.000 niños menores de dieciséis años, es decir, de alumnos potenciales de las etapas obligatorias de la Educación Infantil y Obligatoria.
En 2037 la cifra habrá sobre pasado el millón de niños, por lo que el sistema educativo pasará de tener que absorber 7,5 millones de estudiantes a menos de 6,5 millones de alumnos.
Así lo refleja el estudio Las escuelas se están quedando sin niños: una oportunidad para transformar el sistema educativo de Esade, que ofrece una mirada a largo plazo del conjunto del sistema educativo, analiza el impacto que la caída demográfica está teniendo en él y la oportunidad que suponen los mayores recursos disponibles por alumno para mejorar la equidad y calidad de la educación en España.
El informe asegura que la incidencia de la caída demográfica variará por etapas educativas y por territorio. En concreto, señala que, por etapa educativa, la Educación Secundaria Obligatoria perderá desde su máximo, que se produce este año, un 25% de alumnado potencial: De casi 2,1 millones de niños entre 12 y 15 años a 1,6 millones en 2037.
Por su parte, la Educación Primaria llegará a su mínimo antes, en 2032, algo por debajo de los 2,4 millones, mientras que en 2017 estaba en casi 3 millones.
Por territorio, provincias como Zamora, León, Palencia, Albacete o Jaén perderán más de un tercio de volumen de menores de dieciséis años que lo que tenían en 2013, mientras que otras perderán menos de un 10%, como Madrid o Barcelona, o incluso no perderán nada, como Navarra o Baleares.
Si la inversión pública no desciende y se mantiene en niveles actuales, el gasto público por alumno, según apunta el estudio, «va a crecer sustancialmente», como ya lo hizo en los años prepandemia (2013-2018).
Con ese excedente de recursos públicos, la investigación propone «asumir de manera activa la reestructuración de la red escolar, con mecanismos de compensación suficientes» en escuelas y líneas allí donde se han vuelto demasiado pequeñas, como por ejemplo planes de transporte y comedor gratuitos para el alumnado que tenga que desplazarse más. «Una vez emprendido el proceso de reestructuración, será posible redirigir los excedentes allá donde puedan producir un impacto más justo y productivo», concluye el estudio.
El informe plantea invertir los recursos en reducir la ratio alumno-profesor y el tamaño de las aulas más presionadas; ampliar el tiempo en la escuela, el refuerzo escolar y el cuidado para avanzar de forma más eficaz a una mayor igualdad de oportunidades; reformar las políticas docentes y mejorar sus condiciones laborales; fortalecer el cambio educativo a nivel de centro y promover una mayor colaboración docente; seguir expandiendo las etapas de Educación Infantil de 0-3 años y Formación Profesional; y aplicar políticas «más eficaces» contra la segregación escolar.