La ‘portavoza’ podemita en el Congreso ha cargado contra la compañía cuyos refrescos tanto le gustan a su compañero Ramón Espinar.
Irene Montero ha acusado a Coca-Cola de ser «una empresa internacionalmente conocida por la violación sistemática de derechos humanos» y ha denunciado la situación de una de las trabajadoras de la planta de Fuenlabrada (Madrid) que hoy declaraba en el juzgado.
Montero ha acudido a la concentración a las puertas de los juzgados en apoyo a Mercedes Pérez Merino, delegada sindical en esa fábrica, que ha denunciado el «trato vejatorio» que sufrió en una reunión con directivos de la empresa.
La portavoz de Podemos ha hecho hincapié en que el informe de la inspección de trabajo asegura que hay «indicios de trato vejatorio a una de sus trabajadoras», que lleva años luchando por mejoras laborales.
«Mercedes es el ejemplo de una mujer que defiende la dignidad de las trabajadoras y está aquí representando a las espartanas de Coca-Cola en lucha que llevan años de conflicto para exigir mejoras de sus condiciones laborales», ha subrayado Montero.
Se refería así al prolongado conflicto laboral que la compañía ha mantenido con los trabajadores de Fuenlabrada, que se ha traducido también en reiteradas manifestaciones de apoyo a las medidas de protesta de los empleados por parte de los dirigentes de Podemos, quienes además han pedido el boicot a la marca Coca-Cola.
Uno de ellos fue Ramón Espinar, que tras atacar ferozmente a la compañía fue cazado en el Senado tomando dos de sus refrescos -se ve que con uno no le bastaba-.
Los trabajadores siguen denunciando que no se ha cumplido la resolución del Tribunal Supremo para la readmisión de los empleados de la planta madrileña, después de haberse declarado nulo el ERE aprobado por la firma en 2014, y los readmitidos denuncian que no han sido restituidos en los mismos puestos que ocupaban.
«Coca-Cola es una empresa internacionalmente conocida por la violación sistemática de los derechos humanos y, en este caso, entendemos que debe rendir cuentas», ha reclamado Irene Montero.
La empresa responde
Coca–Cola ha replicado a Irene Montero que respeta «de manera escrupulosa» los derechos de sus trabajadores y garantiza que todos ellos puedan ejercerlos «en todas y cada una de sus instalaciones».
La empresa asegura que la acusación de vulneración de los derechos humanos, la libertad de expresión y de la libertad sindical «carece de total fundamento», como espera que quede reconocido por el tribunal que lleva el caso, y hablar de maltrato «está fuera de lugar».
La compañía explica que ha cumplido con lo dictado por los tribunales y todos los trabajadores del centro de Fuenlabrada que lo solicitaron han sido reincorporados y están trabajando desde mediados del año 2015.
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