«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
uno de los destinos mejor remunerados

Koldo hizo gestiones para colocar al escolta de Ábalos como agente de seguridad en Moscú

El exministro de Transportes José Luis Ábalos. Alberto Ortega

En julio de 2020, Koldo García anotó en su agenda una instrucción clave: «Llamar a PN para plaza Moscú si es posible«. Esta referencia documenta los esfuerzos de García, colaborador cercano del entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, para asegurar a la Policía Nacional un puesto para los escoltas del ministro en una delegación diplomática. Según información de The Objective, el Ministerio del Interior premiaría luego a Rubén de Aldama, hermano de Víctor de Aldama —figura central en una trama de corrupción— con una codiciada asignación en la Embajada de España en Rusia en 2021.

La conexión entre Rubén de Aldama y el círculo de Ábalos se revela como un eslabón clave en las operaciones investigadas por la Audiencia Nacional. A pesar de que Rubén no es formalmente investigado, su papel resulta crucial en la introducción de su hermano al exministro, conexión que facilitó para que ambos pudieran colaborar en lucrativos negocios de intermediación. Las escuchas de la Guardia Civil muestran cómo Rubén, entonces escolta de Ábalos, se aseguraba de vincular a su hermano Víctor con personas influyentes, usando su acceso al ministro para beneficio propio y de su entorno.

Rubén continuó trabajando en el entorno de Ábalos hasta 2021, año en que fue asignado como agente de seguridad en Moscú, uno de los destinos mejor remunerados dentro del cuerpo policial, con una paga mensual de alrededor de 12.000 euros. El traslado, facilitado por la gestión de Koldo y Ábalos, coincidió con el momento en que la figura del exministro empezó a perder relevancia en el Gobierno. Con el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania, Rubén regresó a España en 2022 y actualmente trabaja en el departamento de incidencias de la Brigada Central de Escoltas.

Durante el tiempo en que Rubén fue parte del equipo de seguridad de Ábalos, sus cuentas bancarias registraron numerosos ingresos bajo conceptos como «fiestas» o «la puta del otro día». Estos pagos, realizados por familiares de Rubén y Víctor, evidencian un flujo de dinero que, según los investigadores, podría estar relacionado con la trama de corrupción. Los fondos se depositaron en una cuenta compartida entre Rubén y su madre, reflejando el entorno familiar y financiero de los implicados.

Pese a estos hallazgos, la Dirección General de la Policía no ha iniciado un proceso disciplinario en contra de Rubén de Aldama, ya que hasta la fecha no figura formalmente como investigado. Según la Ley del Régimen Disciplinario de la Policía Nacional, aunque un procedimiento disciplinario no depende necesariamente de una decisión judicial, debe ser una autoridad judicial quien determine si hay motivos para sancionar a un agente.

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