«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

'La herida de la Guerra Civil está restañada y no hay derecho a reabrirla'

Más de 200 políticos, catedráticos, empresarios e historiadores firman un manifiesto contra la nueva proposición de Ley «de tipo soviético» sobre Memoria Histórica presentada por el PSOE.


Más de 200 políticos, catedráticos, empresarios e historiadores, entre ellos el presidente del Grupo Intereconomía, Julio Ariza, han firmado un manifiesto contra la nueva proposición de Ley sobre Memoria Histórica presentada por el PSOE y que supone imponer por la fuerza una «única versión de la historia».
 
El «Manifiesto por la historia y la libertad» ha sido presentado este miércoles en el marco del II ciclo sobre «El necesario fortalecimiento de España», que organizan las fundaciones Villacisneros y Valores y Sociedad, un acto dirigido por el columnista de La Razón, Alfonso Ussía y que ha contado con la presencia del exministro de UCD Rafael Arias-Salgado, el expresidente de la Comunidad de Madrid y «socialista patriota», Joaquín Leguina, el ensayista hispano-británico Tom Burns y el exministro Marcelino Oreja.
Ussía ha cargado en su intervención inicial contra la Ley de Memoria Histórica y ha recordado que fue mantenida y respetada por el PP durante sus cuatros años con mayoría absoluta «muy probablemente influido por esa persona de enorme fuerza ideológica que se llama Soraya Sáenz de Santamaría», ha dicho con sarcasmo delante del vicesecretario de Comunicación de la formación, Pablo Casado, antes de tildar la Ley de la Memoria Histórica de ley del resentimiento, del odio, de la venganza, del rencor y de la mentira, y asegurar que «no puede haber una ley expresamente promulgada para estos fines».
Arias-Salgado ha asegurado que la proposición socialista vulnera la Ley de Amnistía de 1987, cuyo contenido estuvo presidido por la idea de la reconciliación nacional y la superación de la Guerra Civil, y el gran pacto de la Transición. «Tiene un propósito orwelliano al tratar de crear una verdad, pero no definirla y parte de una falsedad histórica, es decir, de la afirmación de la existencia de un genocidio. La Guerra Civil Española no fue nunca un genocidio sino un enfrentamiento civil-bélico brutal (…) no es aceptable pretender aplicar una legislación internacional pensada para otros supuestos», ha afirmado. Ha censurado, asimismo, que en el ámbito de las penas y las sanciones el revanchismo logre su zenit al castigar la defensa del franquismo en un medio de comunicación o Internet con dos años de prisión y multa, y no decir nada sobre los que defienden la legitimidad de las checas.
El exdirigente socialista Joaquín Leguina ha dicho que la herida de la Guerra Civil está restañada y «no hay derecho a reabrirla», y que la ley «no va a salir nunca para bien de todos y también para bien del PSOE»: «No puede salir adelante, simplemente».
A juicio de Tom Burns, la mala historia hace la mala política y al revés, y «está infectada por totalitarios que atentan contra la libertad individual, se escribe con criterios sectarios y se divulga con fines propagandísticos». «La Memoria en esta proposición de Ley es una nostalgia neurasténica que ha sido creada por revanchistas. Esta sinrazón no tiene nada que ver con la Historia. Lo triste y dramático es ver como se ha generalizado ese oxímoron de Memoria Histórica», ha declarado. También se ha preguntado por qué este disparate: ¿Qué pretende el PSOE con esta ley? ¿Es necesario amenazar con sanciones penales a quién no comulga con tus ideas para poder afirmar ‘somos la izquierda?».
En esta línea, Marcelino Oreja ha denunciado que Sánchez pretenda instaurar con una ley tan sectaria como errática una supuesta memoria «llena de falsedades y tergiversaciones», y olvide otras memorias que muchos «han preferido guardar con respeto y silencio aunque no exento de dolor». Ha contado que no conoció a su padre, miembro de Acción Católica, porque fue asesinado en Mondragón el 5 de octubre de 1934 por las hordas revolucionarias -meses antes de que él naciera- y que la amnistía otorgada por el Gobierno al que pertenecía al autor material del asesinato le puso en libertad: «Cuando lo supe y oí su nombre tuve un escalofrió, pero no dije nada. Esta es la primera vez que menciono este hecho en público».
Finalmente, ha rememorado las palabras del expresidente del Ejecutivo Felipe González el 18 de julio de 1986 cuando en el 50 aniversario del inicio de la Guerra Civil recordó con respeto a los luchadores de ambos bandos muchos de los cuales sacrificaron su vida en el afán de una España mejor y expresó su deseo de que esa efeméride sellara definitivamente la reconciliación entre los españoles.
Leer más…

Con la nueva Ley de Memoria Histórica publicar este artículo será un delito

TEMAS |
+ en
.
Fondo newsletter