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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La valiente juez que representará a España en el Tribunal de Derechos Humanos

La juez María Elósegui

La magistrada, catedrática de Filosofía del Derecho, discrepa de la visión hogaño dominante respecto a temas como la homosexualidad o la ideología de género


La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) eligió este martes a la juez María Elósegui como miembro del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en representación de España. Su futuro mandato, que se prolongará nueve años, comenzará en el próximo mes de abril, cumplidos tres meses de su designación.
Esta noticia, que en condiciones normales habría sido soslayada, ha despertado la indignación de la mayor parte de los medios de comunicación españoles, que ya han emprendido una campaña de acoso contra Elósegui. ¿El motivo? Que la magistrada, catedrática de Filosofía del Derecho, discrepa de la visión hogaño dominante respecto a temas como la homosexualidad o la ideología de género.
La doctrina de la juez sobre estas cuestiones, que no difiere de la que se ha defendido durante milenios, queda sintetizada en su ensayo Diez temas de género: hombre y mujer ante los derechos reproductivos y en ingentes textos publicados por revistas académicas y medios de comunicación.
Así, en una entrevista concedida al portal almudi.org para analizar el contenido de uno de sus libros, Elósegui se muestra convencida de que la identidad sexual debe desarrollarse en conformidad con el sexo biológico: ‘Para muchos, el sexo biológico y el género, es decir los roles sociales, no están relacionados, de manera que podríamos construir nuestra identidad sexual al margen o de espaldas a nuestro sexo biológico. En el libro vemos cómo esa construcción de la identidad sexual al margen del sexo biológico es factible debido a la libertad humana y a que los seres humanos no estamos determinados por la biología. Pero el que lo podamos hacer (siempre dentro de unos márgenes, ya que no podemos cambiar nuestro ADN masculino o femenino), no quiere decir que el saldo sea positivo, sino que afectará a la construcción de la personalidad. De manera que el resultado no es indiferente. Quienes construyan y realicen su comportamiento sexual de acuerdo a su sexo biológico desarrollarán una conducta equilibrada y sana, y quienes se empeñen en ir contra su biología desarrollarán distintas patologías. Eso está claro’.
La catedrática de Filosofía del Derecho, cuyo principal pecado es cuestionar los dogmas de la corrección política, también se manifiesta reacia a que se denomine ‘matrimonio’ a la unión entre personas homosexuales: ‘La ideología liberal de género ha penetrado también en el derecho civil y eso explica los intentos recientes de equiparar jurídicamente las relaciones homosexuales a las heterosexuales. Pero a pesar de todo, ningún ordenamiento jurídico europeo ha llamado a esas relaciones matrimonio, aunque les intente otorgar cierta protección jurídica que yo también considero justa dentro de ciertos límites’.

Su postura respecto a los preservativos

También se antoja impopular la opinión de Elósegui sobre los preservativos. No en vano, en un artículo publicado en 1999 bajo el título La ONU aprueba el control de población, defiende la idea de que los preservativos constituyen un instrumento básicamente neomalthusiano y pueden llegar a fomentar los abusos sexuales: ‘No se explica que el preservativo no es eficaz frente a otras enfermedades de transmisión sexual más frecuentes que el SIDA, tales como gonorrea, sífilis, herpes, infecciones pelvianas, etc. Tampoco el preservativo protege de los abusos sexuales en sí; más bien, puede fomentarlos en el violador, que pone medios para evitar un embarazo en la víctima’.
Asimismo, la catedrática de Filosofía del Derecho rechaza ese afán del feminismo hodierno de alcanzar la igualdad total entre los sexos. De acuerdo con ella, de esta manera, hombres y mujeres presentan diferencias biológicas evidentes; diferencias que se plasman en sus divergentes gustos, inquietudes, comportamientos…

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