Los ganaderos asturianos están al límite. Desesperados. Las «matanzas» provocadas por los lobos van creciendo y las compensaciones económicas no cubren ni el 50% del coste de las pérdidas. Así lo ha advertido la plataforma Asturias Ganadera, que ha puesto números encima de la mesa: sólo en el último mes se han contabilizado 21 animales muertos en el municipio de Morcín —concejo limítrofe con Oviedo—, entre burros, cabras y ovejas.
La Guardería del Medio Rural de Asturias, una vez certifica la muerte de un animal por el lobo, elabora el correspondiente informe para que el Gobierno del Principado abone al ganadero la indemnización estipulada. El problema es que la cabeza de ganado se paga a unos 165 euros, es decir, una «miseria», en palabras de los propios ganaderos, que indican que con ese dinero no se cubre ni el 50% del coste de un animal como la cabra o la oveja —y mucho menos un burro— que son los animales más afectados por los ataques del lobo. A todo esto hay que añadir que, en los ataques de los lobos, también quedan animales heridos, algunos con graves heridas en las patas, que llevan a los ganaderos a sacrificarlos. Entre una cosa y otra, los ganaderos se replantean su futuro ante las continuas pérdidas.
El Plan de Gestión del Lobo en el Principado ha sido un «rotundo fracaso», aseguran los ganaderos, que exigen soluciones de una vez por todas, entre ellas, un aumento de las cantidades que se pagan por los daños provocados por los lobos y, al tiempo, una mayor agilidad a la hora de tramitar y recibir el dinero estipulado. Igualmente advierten del daño generado por la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre).
La Unión Europea, hace tan sólo unos días, ha abierto una puerta para la esperanza de los ganaderos asturianos y españoles al buscar soluciones para flexibilizar el control del lobo.
En Asturias, las manadas son muy abundantes y esta especie está muy lejos de estar amenazada por la extinción, hasta el punto de que, actualmente, según los datos que maneja la Consejería de Medio Rural y Política Agraria del Principado, hay en torno a 40 grupos de reproductores y más de 600 lobos censados, cifra que triplica, por ejemplo, el número de ejemplares contabilizados en Suecia.
«La situación es insostenible. Los lobos llegan prácticamente hasta las plazas de los pueblos. Están acabando con los rebaños y el abandono de la práctica ganadera no deja de acentuarse», dicen los representantes de Asturias Ganadera.