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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Marjaliza reconoce que pagó campañas electorales del PP, PSOE e IU

David Marjaliza, considerado el cerebro de la trama Púnica, ha reconocido este miércoles en el Congreso que pagó gastos de campañas electorales no solo del PP, sino también del PSOE y de Izquierda Unida.

En su comparecencia ante la Comisión de Investigación sobre la supuesta financiación ilegal del PP abierta en la Cámara Baja, Marjaliza ha admitido estos pagos y ha pedido en varias ocasiones que no se centre toda la atención sobre el pago de comisiones al PP, ya que, según ha denunciado, también afectaba a otras formaciones.
Marjaliza ha sugerido también que no conoce empresa que no fuera donante de las campañas electorales de la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre.
«¿Y cuál no fue donante?», ha asegurado irónico, tras dejar claro que el sistema del cobro de comisiones y de financiar campañas por adjudicaciones inmobiliarias de suelo público implicaba a todos los partidos de aquellos ayuntamientos en los que trabajaba, «cada uno en su proporción».

Un fraude generalizado

Preguntado cómo financiaba esas campañas de PP, PSOE e Izquierda UnidaMarjaliza ha relatado que lo hacía a través de facturas reales, por ejemplo del alquiler de un coche, y ha admitido jamones y al menos tres televisores de 5.000 euros como regalos a altos cargos políticos por contratos.
Tanto es así que ha explicado que cualquier empresario de Madrid que quisiera obra pública en aquella época debía pagar, porque era así como funcionaba la adjudicación de vivienda protegida hasta el punto de afirmar que, si no se pagaba, la empresa no salía adelante.
Según él, el fraude estaba tan generalizado que sentía que no corría ningún riesgo, aunque ha matizado que sus empresas no se podían comparar con las grandes: «A mí me dieron un trocito de la tarta muy pequeña, pero la tarta era mucho más grande».
Pero como el resto de comparecientes en esta comisión que están inmersos en procedimientos judiciales, Marjaliza, que fue afiliado a las Nuevas Generaciones del PP, apenas ha profundizado en la mayoría de sus respuestas, más allá de manifestar que se ratifica en lo dicho ante el juez, aunque «todavía» le faltan cosas por decir.
Ante la insistencia de algunos diputados por sacarle algo de información, ha dicho riéndose: «Si estuviéramos en la barra de un bar, le contestaría, pero, como estamos en un sitio más serio, yo aquí no puedo opinar».
Eso sí, el empresario ha reconocido que ha recibido amenazas, que dispone de protección policial que le fue ofrecida por Interior y que no teme tanto por su seguridad como por la de su familia.
Lo que no sabe es quién están detrás de esas amenazas o si provienen de empresas del círculo del exconsejero madrileño Francisco Granados o del PP. «Yo no sé de quién vienen».
Sí que ha destacado su intención de seguir colaborando con la Justicia y llegar hasta el final. «Más allá, que me peguen un tiro», ha agregado el empresario, quien ha admitido que tomó esta decisión porque quería salir de prisión y abrazar a su hijo.

No ha hablado sobre Granados

Marjaliza, que está en libertad provisional, ha mostrado su arrepentimiento y ha señalado que estuvo muchas noches sin dormir antes de que le detuvieran. Y ha explicado con un símil: «Iba en un AVE a 300 kilómetros hora y era muy complicado bajarse, porque tenía muchos trabajadores y, si no tenía obra, los tenia que despedir».
Sobre los motivos de su detención, ha bromeado que se produjo porque «llegaron unos señores de verde», en referencia a la Guardia Civil. Ha sido después, a lo largo de la instrucción, según ha mencionado, cuando ha conocido todos los extremos de los que se le acusa.
También ha bromeado al ser preguntado si es cierto que quemó documentación relativa a la trama en tres carros de la compra de Carrefour: ha afirmado que procedían de otro supermercado, Eroski.
Por cierto, Marjaliza apenas ha hablado del que fuera su socio Francisco Granados, aunque sí ha detallado su relación con el exconsejero desde su detención e ingreso en prisión. «Antes (era) buena; durante, no tuvimos relación; y después no nos hemos vuelto a hablar», ha indicado.

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