Nueva noche de violencia en Mataró (Barcelona). En torno a 60 personas, la mayoría de origen inmigrante, han causado disturbios quemando numerosos contenedores y enfrentándose directamente a la policía y a los servicios de emergencia. La situación, que lleva casi una semana generando una creciente preocupación vecinal, alcanzó este lunes su punto más álgido en el barrio de Sardañola del Vallés, donde las autoridades se vieron desbordadas por la virulencia de los altercados.
Los hechos comenzaron pasadas las ocho de la tarde en el paseo Ramon Berenguer III, donde un grupo de jóvenes incendió un contenedor y lanzó objetos contra los Bomberos de la Generalidad y los agentes de los Mossos d’Esquadra que acudieron a apagar el fuego. La escena se repitió en distintos puntos del barrio: en la calle del Rosellón, en la avenida de la Gatassa y en la plaza del mismo nombre, así como en la calle Lapidario, donde incluso prendieron fuego a un colchón. Según fuentes cercanas al caso, algunos de los incendios fueron provocados con cócteles de fabricación casera similares a los conocidos como «MacGyver», elaborados con líquidos inflamables y papel de aluminio.
La noche se saldó con la detención de un menor de edad, acusado de desórdenes públicos, daños materiales y agresión a agentes de la autoridad. Su arresto se suma al de otro joven el pasado miércoles, cuya captura en plena calle València tras un intento frustrado de ocupación fue el detonante de esta ola de violencia. A raíz de aquel incidente, familiares y allegados del detenido reaccionaron con extrema hostilidad, dando inicio a una cadena de disturbios nocturnos marcados por incendios, vandalismo y una actitud abiertamente desafiante hacia las fuerzas de seguridad.
Desde entonces, la presencia policial en Sardañola del Vallés se ha incrementado notablemente. Los Mossos han desplegado unidades especializadas como el ARRO (Área Regional de Recursos Operativos) junto a efectivos de Seguridad Ciudadana, en coordinación con la Policía Local. Aun así, los disturbios no han cesado, y cada noche trae consigo nuevos actos de sabotaje.
Este escenario recuerda a otros episodios recientes de tensión vividos en Cataluña, como los altercados en el barrio de la Fuente de la Pólvora de Gerona, donde la detención de un menor implicado en actos vandálicos desencadenó varios días de violencia callejera. También guarda paralelismos con los disturbios ocurridos en Salt tras el desalojo de una vivienda ocupada por tres hombres, entre ellos un imán, lo que provocó una oleada de enfrentamientos con los Mossos.