El líder de ERC, cuya sintonía con la vicepresidenta del Gobierno es manifiesta, sería la opción elegida por Moncloa para evitar que Puigdemont recupere el poder.
Fracasada la ‘Operación Diálogo’, la vicepresidenta del Gobierno habría puesto en marcha una nueva hoja de ruta con el fin de evitar que Puigdemont repita como presidente de la Generalitat. Y quién mejor que Oriol Junqueras, cuya sintonía con Soraya es manifiestamente conocida, como nuevo capitán del desafío secesionista.
El director de este diario, Julio Ariza, ya desvelaba en uno de sus editoriales a principios de mes que Moncloa apuesta por el líder de ERC para la etapa post-155. Ariza esgrimía que el Ejecutivo central no quiere bajo ningún concepto una foto de un restituido Puigdemont con los grilletes.
Y hace escasos días contaba El Independiente que el Partido Popular, y más concretamente la vicepresidenta del Gobierno, ve cierto propósito de enmienda en las filas republicanas y más radicalismo en JxCAT. De hecho, según este medio, en Moncloa se deshacían en halagos hacia la actitud adoptada por Junqueras: ‘coherente’, ‘valiente’, ‘más moderado’…
Las bajas en ERC
El paso a un lado dado por el exconsejero Carles Mundó y la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, fue recibido por el Gobierno como una intención de recular. Incluso el discurso pronunciado por el nuevo ‘capitán’ del Parlament, Roger Torrent, ha sido aplaudido por la filial catalana del PP y el propio Ejecutivo.
Como si Torrent fuese a hacer borrón y cuenta nueva, el mismo Torrent que hasta hace dos días se presentaba en Twitter como ‘diputado de la república catalana’ y que se comprometió a ‘materializar el resultado del 1 de octubre’.
Las principales diferencias entre Puigdemont y Junqueras son, a ojos del Gobierno, que el republicano ha optado por hacer frente a la justicia y ha pedido cierta calma a los suyos. Además, en su toma de posesión del acta de diputado decidió eliminar la coletilla de ‘por imperativo legal’ en el juramento a la Constitución, algo interpretado como un gesto de moderación. Pero el objetivo de implementar la ‘república catalana’ es el mismo.
La vicepresidenta, convencida de que Puigdemont no gobernará
Sáenz de Santamaría, ha asegurado este jueves que Puigdemont «ha llegado al final del trayecto» y «no va a ser presidente de la Generalitat».
Tras insistir en que el acto de presentación de un programa de gobierno ante el Parlament es «personal, indelegable e intransferible», ha recalcado que el Ejecutivo está preparado para hacer que Puigdemont responda ante la Justicia.
La contraargumentación de Junqueras
En sintonía con las apreciaciones de Soraya, el exvicepresidente regional ha vuelto a pedir al Tribunal Supremo que le permita salir de prisión para acudir a los plenos del Parlament, alegando que todos los diputados tienen «el deber de asistir» a los mismos y que «su voto es indelegable».
El recurso invoca el reglamento del Parlament, que establece que los diputados «deben asistir a los debates y votaciones del pleno» y que su figura «es insustituible tanto formal y funcionalmente como respecto al derecho fundamental del que la función legislativa es vehículo: la representación popular».
El mismo argumento que emplea la vicepresidenta y el opuesto al defendido por Puigdemont y los exconsejeros fugados, que han pedido al Parlament emplear el voto delegado para la investidura.
Esta diferencia de pareceres se refleja también en la decisión adoptada por ERC -defendida intensamente por Roger Torrent- de respetar el dictamen de los letrados de la cámara regional sobre la delegación del voto en la investidura. Mientras el partido de Puigdemont lo contempla como vinculante, los republicanos tienen la intención de seguir su recomendación.
ERC duda sobre las posibilidades de Puigdemont
El portavoz de ERC, Sergi Sabrià, ha admitido este jueves que existen dudas sobre cómo investir a Puigdemont, una situación que el partido deberá resolver «en los próximos días».
Ha destacado que «sólo hay un plan» para el nuevo gobierno, que es el de «investir a quien tiene más votos», para lo que Puigdemont «es el candidato».
Sobre la situación del expresidente en Bruselas, Sabriá ha afirmado que «el presidente de Cataluña debería estar en Cataluña» y ha considerado injusto que se encuentre en otro país «y que no le dejen ejercer el derecho a voto».
Y el PDeCAT tampoco las tiene todas consigo. Fuentes de la formación ha indicado a EFE que ya se está manejando un escenario en el que Puigdemont no sería el elegido. A pesar de que su plan inicial es investir a su cabeza de lista, contemplan la posibilidad de sustituirlo por algunos otros diputados de JxCAT como Jordi Turull, Josep Rull o el líder de la ANC, Jordi Sánchez.
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