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Mientras Bruselas impone la Agenda 2030

Qué está en juego el 12M (I) | Agua: de la interconexión de cuencas de VOX a la prohibición de llenar piscinas del separatismo

Delta del Ebro. Europa Press

En las elecciones catalanas de este domingo está en juego el modelo hidrológico que se quiere para la región (y para el conjunto de España) después de que el separatismo haya asumido la Agenda 2030 y el Pacto Verde (apoyados también por PSOE y PP), y haya convertido las piscinas públicas y privadas en «refugios climáticos», una decisión que ataca la propiedad privada y la industria turística.

Precisamente esta semana, justo antes de los comicios, la Generalidad levantó el estado de emergencia por sequía en el sistema Ter-Llobregat, que abastece a Barcelona (y su área) y Gerona (y su entorno), aunque no permitirá llenar las que sean privadas de uso individual o unifamiliar ni aquellas que no tengan sistemas de recirculación de agua.

VOX recuerda que está a favor de un Plan Nacional —bajo los principios de solidaridad y bien común— que cree «una autopista del agua» que garantice que todos los españoles puedan acceder al agua en igualdad de condiciones en todo el territorio nacional. «Sólo nosotros defendemos en cualquier lugar de España la ejecución inmediata del trasvase del Ebro bloqueado por el socialismo», afirma la formación liderada por Santiago Abascal.

En este sentido, apuesta por la interconexión de cuencas y la inversión en las infraestructuras hidráulicas necesarias para mejorar la gestión del agua y la generación eléctrica, y reitera su oposición al traspaso de la gestión de centrales hidroeléctricas a la Generalidad: «Sólo pondría el agua al servicio del enfrentamiento entre españoles y degradará su acceso seguro y asequible».

Reitera que los enemigos de los regantes agricultores y ganaderos catalanes no son los regantes agricultores y ganaderos de otras regiones, sino los políticos que utilizan el agua como excusa para no tener que gastar el dinero en infraestructuras y «gastarlas para alimentar sus chiringuitos». «Acabaremos con las perspectivas insolidarias propias del Estado Autonómico, también con los delirios ideológicos ecologistas y con la voracidad de ciertas empresas adjudicatarias de centrales hidroeléctricas», señala.

Y denuncia que el ecologismo radical de las agendas impuestas por las élites de Bruselas está arruinando a la agricultura, a la ganadería y a la pesca en España (y en toda Europa) con las exigencias inasumibles o la persecución de sus modos de producción tradicionales (en el Delta del Ebro).

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