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Rajoy no asume su cuota de culpa en la deriva separatista catalana

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha responsabilizado al PDeCAT de la situación que vive Cataluña tras considerar que se puso en manos primero de ERC y luego de la CUP, y ante la apuesta secesionista del 1 de octubre, le ha instado a recapacitar y hacer autocrítica «si no quiere desaparecer».

Rajoy ha lanzado este mensaje al partido del presidente catalán Carles Puigdemont -en referencia a los resultados que puede cosechar en próximas elecciones en Cataluña- en la sesión de control del pleno del Senado.

Como de costumbre, el presidente del Gobierno no ha admitido su cuota de responsabilidad en la crisis catalana: su inmovilismo, su utilización del Tribunal Constitucional como escudo para no afrontar sus responsabilidades y la falta de medidas contundentes, son algunos de los ejemplos.

En la sesión de control ha vuelto a mostrar su coincidencia con el PSOE en buscar una salida dialogada al conflicto secesionista en Cataluña, pero sin hacer, ha dicho, «cesiones totalmente imposibles» como la de liquidar la soberanía nacional. Sin embargo no ha especificado como pretende hacerlo.

Las aspiraciones separatistas han copado gran parte de la sesión de control de la Cámara Alta, y dos de las tres preguntas al presidente del Gobierno han versado sobre este asunto, así como otra a la vicepresidenta -que se ha mosqueado con un senador de ERC por, según ella, aludir a su estatura-, y varias a diversos ministros.

Ha sido el portavoz de los senadores del PDeCAT, Josep Lluis Cleríes, quien ha tomado en primer lugar la palabra para recriminar a Rajoy su falta de diálogo y que pretenda sólo la «sumisión» de los catalanes.

El jefe del Gobierno le ha recordado la pérdida progresiva de apoyo del PDeCAT en las sucesivas elecciones en Cataluña y, así, ha señalado que ese partido ganó los comicios de 2010 con 62 diputados. (Recordemos que el PP ha perdido cinco millones de votos desde su absoluta en 2011).

Tras adelantar las elecciones, ha explicado, perdió 12 escaños y buscó entonces el apoyo de ERC. Un nuevo adelanto electoral provocó menos apoyos y que tuviera que recurrir a la CUP.

«Les vuelvo a recomendar que hagan autocrítica si no quieren desaparecer», ha añadido antes de resaltar que el PDeCAT está ahora «a las órdenes de los más radicales y extremistas de Cataluña. Eran un partido con 62 escaños -ha precisado- y mire lo que son ahora».

‘Se ha pretendido liquidar la Constitución’

Rajoy ha lamentado que la pasada semana se intentara liquidar en el Parlament toda la legalidad.

«En dos días han pretendido liquidar la Constitución, el Estatuto, fabricar una nueva legalidad y liquidar la soberanía nacional y 500 años de historia. Hombre, ¡por favor, señor Cleríes!», ha dicho dirigiéndose al portavoz separatista.

Cleríes (que ha mostrado una papeleta de votación en el referéndum desde su escaño) ha acusado a su vez al presidente de «dinamitar» la convivencia por no respetar el Estatut votado en 2006 y por recoger firmas contra ese texto, y le ha afeado haber abandonado a los catalanes y haber provocado «la mayor crisis institucional del Estado español». Más que provocarla, como dice el senador, Rajoy se ha limitado a verla crecer día a tras día sin atajarla con contundencia.

Ante las intenciones separatistas, Rajoy ha vuelto a agradecer el apoyo del PSOE, y lo ha hecho en su respuesta a una pregunta del portavoz socialista en el Senado, Ander Gil, quien ha ratificado ese respaldo pese a reprochar al presidente que es suya parte de la responsabilidad «por la fractura social, emocional y democrática» que ha habido en Cataluña debido a su «inmovilismo político».

No asume su cuota de responsabilidad

El jefe del Gobierno le ha replicado que era mejor «no hablar de los errores de unos y otros porque no tiene ningún sentido ni es momento de discrepancias menores ni de debates estériles».

Frente a ello, ha calificado de «muy razonables» los principios sobre los que el PSOE fundamenta su propuesta de diálogo sobre Cataluña (la Declaración de Barcelona) y ha reiterado su disposición a conversar sobre ellos.

«No tengo ningún inconveniente en ponerme a hablar de ellos cuando a ustedes les parezca bien», ha dicho Rajoy, quien ha hecho hincapié en la trascendencia del respaldo socialista: «Para mí -ha dicho- hubiera sido tremendo que el PSOE no apoyara una situación como la que estamos viviendo».

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