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REVIRTIENDO LA POLÍTICA ANTIDROGAS DE EEUU EN LOS ÚLTIMOS 50 AÑOS

Biden impulsa la reclasificación de la marihuana para que sea considerada como una droga «poco peligrosa»

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Europa Press

La Administración Biden está impulsando una decisión que llevará a la marihuana a ser considerada una droga que comporta «baja peligrosidad» en los Estados Unidos, una política que revertiría el enfoque que ha tenido el país sobre el cannabis durante más de 50 años.

En concreto se espera que la oficina antidrogas de EEUU, la Drug Enforcement Administration (DEA), mude de categoría a la marihuana, que actualmente es catalogada dentro de la llamada lista de nivel 1 (donde se encuentran el LSD, el peyote, los hongos alucinógenos, el éxtasis, las sales de baño y la heroína) a la lista de nivel 3 (compuesta por drogas que incluso se expenden de manera controlada en farmacias, como los esteroides, la testosterona y medicamentos con codeína).  

La decisión parte de la idea de que el cannabis es menos peligroso y menos adictivo de lo que se le ha considerado hasta ahora, contraviniendo en alguna medida los propios señalamientos que han asomado organismos como el National Institute on Drug Abuse (NIDA), que contemplan a la sustancia como un portal de iniciación frente a drogas más duras.

La política pro-cannabis de Biden

Esta medida no resulta nada sorprendente, pues ya en 2022 el propio Biden había solicitado a su secretario de Salud y Servicios Humanos y al fiscal general del país que adelantaran un proceso de revisión de las leyes federales que regulan la materia, para que así eventualmente se pudiese «mover» al cannabis de categoría.

Sucesivamente el inquilino de la Blanca ha promovido el indulto a personas que han sido condenadas por posesión de marihuana en distintas partes de los Estados Unidos. En diciembre pasado, por ejemplo, ordenó la excarcelación de un grupo de individuos que habían cometido este delito en el Distrito de Columbia.

«Los antecedentes penales por consumo y posesión de marihuana han impuesto barreras innecesarias al empleo, la vivienda y las oportunidades educativas (…) Demasiadas vidas han sido trastornadas debido a nuestro enfoque fallido hacia la marihuana. Es hora de que corrijamos estos errores», aseveró Biden en esa ocasión.

La avanzada tendría, además de la venia de la DEA, la aprobación de dependencias como el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), resaltando esta última que la droga tiene un bajo potencial de abuso, que es útil para ciertos tratamientos médicos y que, si eventualmente un individuo abusa de ella, las posibilidades de dependencia en el tiempo son limitadas.

«El síndrome de abstinencia de la marihuana parece ser relativamente leve en comparación con el síndrome de abstinencia asociado al alcohol, que puede incluir síntomas más graves como agitación, paranoia, convulsiones e incluso la muerte», señala en un informe la FDA.

Se ha convertido en una industria

Se calcula que actualmente la industria de la marihuana en Estados Unidos tiene un valor cercano a los 31 millones de euros, en un contexto en el que veinticuatro estados, dos territorios y la ciudad de Washington han legalizado el uso «recreativo» de la droga, mientras que otros 38 estados de la Unión han admitido su uso «medicinal».

En esta nueva jugada de la Administración Biden, cuya Oficina de Administración y Presupuesto (OMB) sería la que terminaría dando luz verde a la medida, también parece haber cierto cálculo político. No son pocos los analistas en Estados Unidos que creen que el actual mandatario -que parte con desventaja en casi todos los sondeos de cara a noviembre- estaría buscando congraciarse con el electorado joven a través de esta acción con miras a buscar la reelección.

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