Haití es el último —en el sentido de definitivo— Estado fallido, el absoluto tocar fondo, un país en el que las pandillas más sanguinarias han secuestrado al Gobierno, sumiendo a la nación en una agitación violenta.
Las bandas criminales han incendiado el Ministerio del Interior y atacado comisarías y oficinas gubernamentales en la capital mientras la nación caribeña se hunde aún más en el caos. Le Nouvelliste y otros medios locales informan de intensos combates en el centro de la capital, Puerto Príncipe, mientras más de una semana de violencia destinada a derrocar al gobierno del primer ministro Ariel Henry alcanzaba un nuevo récord.
La Comunidad del Caribe, de 15 miembros, o Caricom, ha convocado una reunión de emergencia en Jamaica para abordar la crisis en la nación de casi doce millones de habitantes.
En un comunicado el viernes por la noche, el presidente de Caricom, Mohamed Irfaan Ali, dijo que el grupo había estado hablando con las partes interesadas, incluido Henry, pero que no había acuerdo sobre cómo avanzar.
«Somos muy conscientes de la urgente necesidad de lograr un consenso», afirmó Irfaan Ali. «Hemos dejado claro a las respectivas partes que el tiempo no está de su lado a la hora de acordar el camino a seguir. Según nuestros informes, la situación sobre el terreno sigue siendo terrible y nos preocupa seriamente».
El ejército estadounidense se vio obligado este fin de semana a enviar refuerzos por avión a la embajada de Estados Unidos en la capital del país, Puerto Príncipe, donde el área fuera de la embajada se ha transformado en una zona de guerra.
La operación nocturna también incluyó evacuaciones de emergencia para el personal no esencial de la embajada. Según informa el Miami Herald, «el transporte aéreo de personal dentro y fuera de la embajada es consistente con nuestra práctica estándar para aumentar la seguridad de las embajadas en todo el mundo, y no había haitianos a bordo del avión militar». A principios de mes, más de 4.500 reclusos escaparon de las dos prisiones más grandes de la nación caribeña. Las bandas armadas que orquestaron las fugas gemelas han exigido la dimisión del primer ministro Ariel Henry.
«En la última semana, la crisis política en Haití, combinada con la escalada de violencia y disturbios civiles, ha creado una situación insostenible que amenaza a los ciudadanos y la seguridad del país», ha declarado a Newsweek el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller.
