La Unión Europea ha trasladado este jueves a Irlanda su «total solidaridad» por el apuñalamiento múltiple perpetrado por un hombre en el centro de Dublín, que ha dejado tres heridos, entre ellos tres niños, aparte del propio agresor, que fue reducido por un repartidor brasileño.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se ha mostrado «consternado por el horrible ataque» y ha señalado que el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, «puede contar con la total solidaridad de la UE en este momento tan difícil». «Todo mi apoyo y pensamiento para las víctimas y sus familias», ha expresado antes de agregar un breve comentario en gaélico: «Todos sean bendecidos».
La presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también se ha sumado a las palabras de Michel de apoyo a las víctimas, las familias y el pueblo irlandés, y ha agradecido a los servicios de emergencias que han atendido a las víctimas y las autoridades que han intervenido en el lugar de los hechos.
Las autoridades irlandesas criminalizan a los manifestantes
En Irlanda, Varadkar se ha mostrado «impactado» por lo ocurrido y ha deseado una pronta recuperación a las víctimas, en un mensaje en el que también ha alabado la «rápida» respuesta de los servicios de emergencia. También ha dicho estar en contacto con la ministra de Justicia, Helen McEntee, que ha expresado en otra nota su consternación.
La Garda (Policía), que no ha aclarado las razones del ataque y ha querido ocultar la nacionalidad del criminal, no ha ahorrado en calificativos para las protestas que se desataron horas después. Según su jefe, «una facción completamente lunática y hooligan, impulsada por una ideología de extrema derecha».
La titular de Justicia ha señalado en declaraciones a RTÉ, la radiotelevisión pública irlandesa, que los disturbios «no se deben a que las calles sean seguras», sino que han sido instigados por un grupo de personas que se propusieron «causar estragos y sembrar división» tras el ataque con arma blanca.
