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«hay que garantizar una inmigración controlada y asumible»

Dinamarca se fija un ambicioso objetivo: cero inmigración neta

Inmigrantes ilegales.

Parece como si en Europa —y, hasta cierto punto, en Estados Unidos— se hubiera roto algún dique invisible, y ya no es un pecado imperdonable decir en alto que no nos podemos permitir que sigan entrando en nuestros países números inasumibles de inmigrantes ilegales procedentes del Tercer Mundo. País tras país empiezan a dar la razón a las ‘apestadas’ Hungría y Polonia en esto: los países no dan más de sí.

Y ahora es el turno, nuevamente, de Dinamarca, que ya antes había tomado medidas para no dejar de ser Dinamarca. El país escandinavo se ha fijado como objetivo llegar a cero de inmigración neta, después de haber aplicado políticas fronterizas que han reducido el número de demandantes de asilo a la mitad.

El partido gobernante de centro izquierda ha tomado duras medidas contra la inmigración viendo que es exactamente una de las demandas más acuciantes de su electorado obrero. El Partido Socialdemócrata de la primera ministra Mette Frederiksen llegó al poder en Dinamarca en 2019 prometiendo medidas drásticas contra la inmigración y generosas ayudas sociales. Después de mantenerse en el poder en las elecciones anticipadas de 2022, el partido anunció que entendía lo importantes que son las políticas migratorias para la clase trabajadora de Dinamarca.

El ministro de Inmigración, Kaare Dybvad Bek, ha declarado recientemente que «si se quiere ser un partido de la clase media y trabajadora, hay que garantizar una inmigración controlada y asumible».

Las solicitudes de asilo aprobadas se redujeron casi a la mitad en el segundo año de gobierno del partido, del 85% en 2015 al 44% en 2020. Ahora, el Partido Socialdemócrata apunta a cero de inmigración neta.

El diputado socialdemócrata Rasmus Stoklund declaró al británico The Sun: «No creo que resulte extraño que un partido de izquierda actúe de forma tajante con la inmigración. El sector social que soporta la peor parte de la inmigración desenfrenada es la población de clase trabajadora a la que supuestamente representamos”.

«Quienes se ven más afectados por una política de fronteras abiertas son las personas sin recursos recursos económicos. Son sus hijos los que tienen que ir a las escuelas las que experimentan choques culturales. Son esas personas las que tienen que experimentar la criminalidad y los problemas sociales que siguen», añadió Stoklund.

La danesa ha sido en esto la izquierda más hábil de Europa, porque su mano dura contra la inmigración descontrolada ha desactivado por completo el apoyo popular a los conservadores, haciendo que el respaldo electoral al Partido Popular Danés cayera del 21% en 2015 al 8,7% en 2019.

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