«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
El Centro de Derechos Fundamentales

El CDF en Madrid: «Europa pivota hacia la derecha, mientras Bruselas continúa su derrape a la izquierda»

La Oficina de Madrid del Centro de Derechos Fundamentales (CDF) organizó este lunes en Casamata una charla sobre los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo del domingo 9 de junio moderada por Jorge González-Gallarza, en la que participaron el director de la delegación, Vajk Farkas, la columnista de Vozpópuli Irene González y el director de LA GACETA, Antonio O’Mullony.

Durante la conversación, que abordó las razones por las que la derecha ha cobrado fuerza en todo el continente, los ponentes coincidieron en la importancia de las fuerzas soberanistas a la hora de reconocer los problemas reales de los europeos, y en que aunque su avance ha significativamente importante en las elecciones a la cámara, queda lucha para derribar la mayoría globalista europea.

Según Irene González, sí hay fortalecimiento de los partidos patrióticos, pero la mayoría globalista persiste y esto último perjudica al continente. Los partidos de derecha crecieron porque Europa conoce graves problemas, con un nivel de violencia sin precedentes en las calles que provoca hartazgo ante la indiferencia de los globalistas. Refiriéndose al Partido Popular Europeo (PPE), dijo: «Hay que dejar de llamarles partidos de centroderecha para pasar a llamarles globalistas traidores». Buen ejemplo de la alternativa es la derecha húngara, cuyo éxito se puede atribuir —entre otras cosas— a que, durante la campaña, trató problemas reales como la guerra, la migración ilegal o el género. «La UE no debería castigar a Hungría por proteger las fronteras comunes frente a la migración ilegal, sino contribuir a sus costes», afirmó la periodista.

Refiriéndose a la orilla globalista, Antonio O’Mullony afirmó: «Estamos ante un enemigo que quiere controlar la mayoría de la prensa, las instituciones e incluso las almas. Han perdido parte de su poder, pero todavía dominan la Unión y muchos estados miembros». Según O’Mullony, «países como Hungría, donde la derecha volvió a ganar con creces, representan una esperanza para Europa». El periodista no espera que la UE responsabilice al gobierno socialista español por sus ataques al Estado de derecho, y no espera procedimientos como los que afronta Hungría, simplemente porque «si se repite la actual gran coalición en Europa, entonces Usrula von der Leyen defenderá a Pedro Sánchez a cambio del voto de los socialistas españoles. Von der Leyen es al Estado de derecho en la UE lo mismo que Pedro Sánchez en España: lo utilizan en su beneficio». O’Mullony dijo esperar que las fuerzas patrióticas, ahora presentes en mayor número en la Eurocámara, se levanten con más fuerza en defensa de los intereses nacionales, y por tanto de Europa, contra los globalistas. Un gran grupo unificado de partidos soberanistas en el Parlamento Europeo sería un gran paso adelante en este sentido.

Vajk Farkas dijo que la consolidación de fuerzas patrióticas de derecha es un gran logro, sobre todo si consideramos los vientos en contra por parte de los medios y del poder europeos. El PPE tenía ahora la oportunidad de pivotar a la derecha, pero por reflejo giró hacia la izquierda. No hay una diferencia sustancial entre las políticas de socialistas, liberales, verdes y populares de Europa: están igualmente a favor de la guerra, la migración y la ideología de género. La pregunta es, ¿sobre qué base puede el PPE llamarse centroderecha, si la gran coalición se repite en Europa? «Un trío de políticos fracasados podría liderar la UE durante los próximos cinco años», aventuró Farkas. Anteriormente ministra de defensa, von der Leyen cayó en Alemania por acusaciones de corrupción. El ex primer ministro de Portugal António Costa, candidato al cargo de presidente del Consejo Europeo, también cayó por corrupción en su país. El apoyo en su país a la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, candidata al cargo de alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, se ha reducido a apenas la mitad de los resultados electorales del año pasado.

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