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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El Parlamento británico aprueba la ley de Aduanas para después del Brexit

Aunque no lo cambien del todo, las enmiendas al proyecto de ley limitarán el margen de maniobra del Ejecutivo en las negociaciones con Bruselas.

La Cámara de los Comunes del Reino Unido ha aprobado por 318 votos a favor y 285 en contra el proyecto de ley de Aduanas, que sienta el marco legal para después del brexit, la salida británica de la Unión Europea (UE).

La cámara baja respaldó el texto tras un largo debate en el que se consideraron numerosas enmiendas, incluidas varias de diputados conservadores, que el Gobierno finalmente aceptó para evitar que bloquearan la ley y que fueron aprobadas por estrecho margen.

Tras pasar este trámite, el proyecto de ley de Impuestos (para el comercio transfronterizo), conocido comúnmente como proyecto de ley de Aduanas, pasará a la Cámara de los Lores, que seguramente lo analizará al regreso del receso veraniego.

La primera ministra, la conservadora Theresa May, negó que fuera una capitulación la aceptación de las enmiendas introducidas por sus colegas partidarios de un «brexit» duro -ruptura total con la UE-, y aseguró que «no cambiarán» su plan para la futura relación con los Veintisiete, acordado por el Gobierno el pasado 6 de julio en su residencia oficial campestre de Chequers.

«No hubiera puesto todo el trabajo que puse para asegurar un acuerdo para que luego se modificara a través de esta legislación», declaró, en alusión a la larga y tensa reunión que mantuvo con sus ministros en la mansión del sureste inglés.

Aunque no lo cambien del todo, las enmiendas al proyecto de ley limitarán el margen de maniobra del Ejecutivo en las negociaciones con Bruselas, o incluso podrían trabarlas, al imponer, por ejemplo, que el Reino Unido no pueda recaudar aranceles correspondientes a los Veintisiete si no hay un sistema recíproco en la Europa continental.

También exigen descartar la creación de una frontera en el mar de Irlanda (para asegurar que Irlanda del Norte permanece en el régimen británico); que el Reino Unido quede fuera del sistema comunitario del impuesto sobre el valor añadido (IVA); y que se apruebe una nueva legislación si el Gobierno quiere establecer una unión aduanera con la UE.

El pacto de Chequers sobre la futura relación comercial y aduanera con la UE, que actualmente analiza Bruselas, provocó la dimisión de dos ministros y otros siete cargos de menos rango, al proponer un mercado común de bienes y productos agrícolas entre el Reino Unido y la UE, con cierta armonización regulatoria y un territorio aduanero combinado.

Las negociaciones del «brexit» se reanudaron este martes en Bruselas, y está previsto que el próximo jueves el nuevo ministro británico para la salida de la UE, Dominic Raab, se reúna con el negociador jefe de la Comisión Europea, Michel Barnier.

La respuesta de Bruselas al plan británico, contenido en un Libro Blanco, será determinante para la evolución del Gobierno de May, que sigue expuesto a las críticas por su estrategia.

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