España acogió este mes de octubre el primer ejercicio de despliegue de fuerzas de campaña (LIVEX) en aguas de Cádiz, en el marco de MILEX-23. Bajo este nombre, se ha dado vida a un pseudo ejército de varias unidades de países europeos que se encuentra en la hoja de ruta de los federalistas de Bruselas y que contó con la participación de 31 unidades provenientes de 19 países miembros.
La Unión Europea está inmersa en la implementación de un ambicioso plan estratégico conocido como la «Brújula Estratégica». Tras la toma del control de Afganistán por parte de los talibanes en 2021 y la posterior retirada de las fuerzas estadounidenses impulsaron la creación de una fuerza militar conjunta de la UE. Esto culminó en la formulación de la Brújula Estratégica de Seguridad y Defensa de la UE en 2022.
Francia, el único Estado Miembro europeo que tiene un asiento permanente en el Consejo, dio luz verde al plan de establecer un «ejército europeo» por la puerta de atrás, sin consultar previamente a los Estados Miembros. Esto se debe a la retirada de un contrato de 56.000 millones de euros firmado con Australia para producir submarinos franceses propulsados por diésel. El país se unió a continuación al pacto de seguridad Aukus con los EE.UU. y el Reino Unido, en secreto y sin comunicarlo a Francia en ningún momento.
Desde entonces, las demandas de la agenda franco-alemana, se han convertido en presiones a países como Italia y España para que aumenten sus gastos de defensa y apoyen la idea de una política de defensa conjunta. Varios países europeos lo observan con bastante reticencia y temor, siendo conscientes del avance hacia la deriva de la federalización de la UE, la debilitación de la OTAN, o que se aleje estratégicamente a Europa de Estados Unidos.
El MILEX-23 que finalizó el pasado 22 de octubre, ostenta el hito de haber incluido los primeros ejercicios militares de «fuego real» en la historia de la Unión. Para esta tarea, se contó con un grupo de trabajo anfibio compuesto por 31 unidades, que incluía activos marítimos, aéreos, terrestres, espaciales y cibernéticos.
Esta simulación también ha desatado cuestionamientos sobre la necesidad real de priorizar la creación de una fuerza militar conjunta, sin haber propuesto fortalecer las capacidades nacionales de los Estados Miembros, o intensificar la protección o el cierre de sus fronteras.
En sus declaraciones a los medios de comunicación, el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Josep Borrell, no dudó en usar los ataques terroristas como excusa para justificar este pseudo ejército.
«El ataque terrorista de la semana pasada en Bruselas demostró que necesitamos reforzar la seguridad, y la defensa es parte de la seguridad. Este es el primero de muchos futuros ejercicios en vivo de la UE».
Según afirma Bruselas, esta capacidad está prevista que esté plenamente operativa en 2025 y está previsto que el próximo ejercicio tenga lugar en la segunda mitad de 2024, muy probablemente en Alemania.
