Bouanane explicó que escogió a su primera víctima, una mujer de 31 años que repartía folletos de los Testigos de Jehová, porque esta lo miró a los ojos sonriendo, además de por motivos religiosos.
Abderrahman Bouanane, el yihadista marroquí que el pasado agosto mató a dos mujeres e hirió a otras ocho personas con un cuchillo en el centro de Turku, en el suroeste de Finlandia, afirmó durante el juicio que se sentía «en guerra contra las mujeres».
Bouanane, solicitante de asilo de 23 años y simpatizante del grupo yihadista Estado Islámico, está acusado de dos asesinatos y ocho intentos de asesinato con fines terroristas, en el primer juicio por terrorismo que se celebra en Finlandia.
Durante su declaración, el joven marroquí reconstruyó su atentado y explicó que el pasado 18 de agosto se trasladó desde el centro de acogida de refugiados en el que se alojaba, en la localidad de Kaarina, a una mezquita de la vecina ciudad de Turku armado con dos cuchillos de cocina.
Tras rezar en la mezquita, grabó con su móvil un manifiesto de carácter yihadista que había escrito él mismo previamente, se hizo un selfi y subió ambos a las redes sociales.
A continuación, se dirigió a una céntrica plaza de Turku con la intención de matar al menos a dos personas y cortarles la cabeza, según sus propias palabras.
Bouanane explicó que escogió a su primera víctima, una mujer de 31 años que repartía folletos de los Testigos de Jehová, porque esta lo miró a los ojos sonriendo, además de por motivos religiosos.
«Me irritó cuando sonrió. Despertó en mí unas emociones muy molestas», declaró con ayuda de un intérprete ante los tres jueces que componen el tribunal.
Acto seguido, gritó «Allahu Akbar» (Alá es grande) y atacó a la mujer con un cuchillo de grandes dimensiones.
La víctima cayó al suelo y Bouanane intentó decapitarla con el cuchillo, pero al no conseguirlo se incorporó y se fue caminando por la plaza, mientras la mujer se desangraba.
«Dentro de mí sentí que debía gritar ‘Allahu Akbar’. Sentí que estaba en guerra contra las mujeres, no contra los hombres», declaró.
Hassan Zubier, un turista sueco que se encontraba en las proximidades, intentó auxiliar a la víctima, algo que molestó al presunto yihadista, quien se dio la vuelta y le asestó varias puñaladas antes de salir huyendo.
Zubier, presente en la sala como testigo, logró salvar la vida pero recibió graves heridas que lo mantienen postrado en una silla de ruedas, probablemente de por vida.
Durante su huida, Bouanane agredió con el cuchillo a todas aquellas mujeres que se cruzaron en su camino, así como a un joven de nombre árabe que salió en su persecución, Hasan Alazawii.
El terrorista calificó a Alazawii como su «enemigo» por tratar de detenerle y explicó que le atacó «por creerse un superhéroe».
Asimismo, aseguró que su intención era seguir atacando a más mujeres, pero la policía finlandesa lo impidió al dispararle en un muslo tras negarse a tirar el cuchillo al suelo.
Está previsto que el juicio continúe hasta el 15 de mayo, cuando el caso quedará previsiblemente visto para sentencia.