«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Hungría defiende la valla con Serbia como el ‘primer acto de solidaridad’ con Occidente

El Gobierno húngaro ha asegurado que sin la valla que instaló hace dos años en el sur del país y sin las duras medidas contra la inmigración, la Unión Europea estaría ahora en una peor situación.

«La disminución del número de refugiados de los últimos tiempos se debe a las medidas que tomamos», ha afirmado el portavoz del Gobierno, László Kovács, en un encuentro con los medios en la localidad de Röszke, en la frontera con Serbia.

El portavoz ha añadido que la presión migratoria «es constante en las fronteras y que, sin las medidas que siguen vigentes hoy, la situación sería como antes (del cierre de las fronteras)» y peor.

Kovács ha defendido este viernes que la valla «fue el primer acto de solidaridad» en el continente para que los refugiados no puedan seguir su viaje hacia los países occidentales más ricos.

«Hungría fue el primero en hacer todo en nombre de la solidaridad, para que no puedan seguir hacia Austria o Alemania», ha afirmado el portavoz.

Pese a que tras el cierre de la frontera se redujo a casi cero el número de refugiados que tratan de entrar en Hungría, miembro de la zona de Schengen de libre circulación, Kovács ha insistido en que la «presión migratoria» justifica que se mantenga activo el «estado de crisis por inmigración masiva» desde hace dos años.

El 15 de septiembre de 2015 el Gobierno húngaro cerró físicamente la frontera con Serbia con una alambrada para detener la llegada de inmigrantes, en un momento en el que miles de refugiados de Asia y Oriente medios entraban en Hungría de camino a países de Europa Occidental.

Un mes después se elevó otra valla en la frontera con Croacia y el Parlamento aprobó leyes que prevén penas de hasta 5 años de cárcel para quien cruce ilegalmente las fronteras.

El Gobierno de Viktor Orbán se opone categóricamente al sistema de reubicación de refugiados entre los países comunitarios y asegura que la solidaridad de Hungría consiste en defender las fronteras comunes externas de la UE.

 

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