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el gobierno sueco aumenta la partida presupuestaria dedicada a combatir el crimen

Jimmie Akesson, líder del partido soberanista Demócratas de Suecia: «Es hora de declarar la guerra total a las bandas criminales»

Jimmie Akesson. Wikimedia commons


El Gobierno sueco parece dispuesto a combatir la inseguridad que las bandas criminales y la inmigración ilegal provocan en el país y ha aprovechado la presentación este lunes del ‘presupuesto de primavera‘ para anunciar aumentos sustanciales en el dinero destinado a hacer frente al crimen y fortalecer la seguridad.

Así, de la ampliación presupuestaria de 16.000 millones de coronas suecas —1.450 millones de euros— prevista, parte irá destinada a ampliar prisiones y centros de detención.

El anuncio del Ejecutivo liderado por Ulf Kristersson se produce apenas unos días después de que la semana pasada un padre de 39 años fuera asesinado a tiros a plena luz de día en la capital del país, Estocolmo. Mikael, así se llamaba la víctima, llevaba un tiempo molesto por la presencia de bandas de narcotraficantes en su distrito, Skärholmen. De camino a la piscina acompañado por su hijo menor de 12 años se encontró con una banda juvenil violenta en un paso subterráneo. Según han detallado los medios suecos, lo que empezó como un intercambio verbal entre el hombre y los adolescentes escaló hasta que uno de los integrantes de la banda sacó un arma y disparó a Mikael en la cabeza. Murió delante de su hijo.

El asesinato provocó la inmediata reacción del líder de los conservadores y soberanistas demócratas suecos, Jimmie Akesson, que pidió en un mensaje en X, antes Twitter, que se declarara una «guerra a gran escala» contra las bandas criminales.

«Un niño de doce años ve cómo le disparan a su padre en la cabeza por enfrentarse a una pandilla ruidosa. Políticamente, Demócratas Suecos y yo estamos dispuestos a hacer prácticamente todo lo posible para garantizar que lo que pasó en Skärholmen no vuelva a suceder. Creo que las convenciones internacionales, los viejos argumentos rancios sobre factores socioeconómicos o las tonterías sobre la prevención de delitos en los parques deberían tirarse a la basura inmediatamente. No basta con eructar tópicos: es hora de que Suecia declare la guerra total contra todos y cada uno de los individuos de estas bandas criminales«, escribió Akesson en un mensaje que por el momento acumula 11.000 ‘me gusta’.

Para Akesson, las políticas puestas en práctica por el primer ministro, Ulf Kristersson, se quedan cortas para resolver el problema de inseguridad. Desde el partido soberanista plantean el despliegue del Ejército en las calles de la ciudad como un método a través del que restablecer el orden y ejercer un mayor control sobre las bandas. Kristersson también llegó a mencionar esta posibilidad, pero como un refuerzo para la Policía.

«Otros partidos también se han acercado a esto, pero se trataba más bien de complementar a la Policía. Creo que ya hemos superado ese punto y es más probable que necesitemos militares en las calles como vemos en otras partes de Europa«, ha incidido Akesson.

El aumento de gasto planteado ahora por el Gobierno sueco también buscan sofocar la creciente «economía criminal»: en los últimos años estas bandas han abierto clínicas de atención médica, centros de vacunación y centros de acogida para familias a través de los que recibir fondos estatales.

Por ello, en el aumento presupuestario también está contemplado que la Agencia Tributaria Sueca, la Agencia de Aduanas, la Agencia de Control, la Agencia de Seguro Social y la Inspección de Atención Sanitaria y Social reciban más financiación para luchar mejor contra los delitos relacionados con las bandas.

Demócratas Suecos, cuyo respaldo es clave para la viabilidad del Gobierno formado por el Partido Moderado, el Partido Liberal y Demócratas Cristianos, promueve políticas más restrictivas para con la inmigración ilegal en un país que con un 25% de población inmigrante por fin empieza a reconocer las consecuencias de la fracasada multiculturalidad.

En noviembre, durante un acto del partido celebrado en Vesteras, Akesson puso en duda la potestad de los inmigrantes a construir templos musulmanes en territorio sueco. «No existe un derecho a venir a nuestro país y construir monumentos a una ideología extranjera e imperialista (…) Los minaretes, cúpulas, medias lunas u otros atributos que sirven como monumentos islámicos en el paisaje urbano deberían eliminarse por completo«, aseguró.

La anterior primera ministra del país Magdalena Andersson llegó a reconocer que la integración de los inmigrantes había fallado. «Se ha permitido que la segregación llegue tan lejos que tenemos sociedades paralelas en Suecia. Vivimos en el mismo país pero en realidades completamente diferentes», dijo Andersson en una conferencia de prensa en la que presentó una lista de iniciativas para combatir el crimen organizado.

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