El excanciller británico se ha mostrado convencido de que los funcionarios públicos británicos, como consecuencia de su propio carácter, se afanarán en evitar el Brexit
Si algo ha quedado demostrado en los últimos tiempos, es que a las élites políticas globales (en su mayoría) sólo les gusta la democracia cuando el pueblo vota en el sentido que ellos desean. De este modo, acogieron el Brexit con indisimulado disgusto y en los últimos meses se han servido de los más variopintos ardides para impedir su consumación. Recordemos, por ejemplo, ese frustrado intento de repetición del plebiscito.
Precisamente en este sentido se ha expresado el que fuera secretario de Exteriores de Reino Unido en tiempos de Margaret Thatcher, Nigel Lawson, durante una entrevista concedida al BBC. En ella, el excanciller se ha mostrado convencido de que los funcionarios públicos británicos, como consecuencia de su propio carácter, se afanarán en evitar la separación de Gran Bretaña y el resto de países de la UE.
‘El Brexit es el cambio de dirección más radical de este país en los últimos años. Y los burócratas, por su naturaleza, aborrecen los cambios radicales de cualquier tipo. Los funcionarios harán todo lo posible para frustrar este proceso, pues va contra su misma esencia. En cualquier caso, son conscientes de que su deber constitucional es aceptar el liderazgo de los políticos, del gobierno electo’, ha aseverado Lawson, cuya postura respecto a la Unión Europea ha sido siempre el escepticismo.
Con afán justificar esta pesimista visión sobre los burócratas, lord Lawson se ha servido de su propia experiencia como secretario de Estado en la década de los 80. Entonces, los burócratas se opusieron al programa reformista que propugnaba Margaret Thatcher: ‘Accedimos al poder e introdujimos un cambio radical en la política económica. Todos los funcionarios estaban en contra. Pensaban que sería un desastre. No obstante, en ese momento disfrutábamos de un Gabinete fuerte dirigido una sobresaliente primera ministra y, por tanto, aceptaron el liderazgo político’.
En este sentido, el exsecretario de Estado ha reflexionado sobre el efecto benéfico de determinados cambios radicales (como el que el Gabinete de Thatcher llevó a cabo): ‘Implementamos este cambio radical y funcionó muy bien. Es realmente trabajo del Gobierno, del Gabinete, y sobre todo del primer ministro que los cambios políticos salgan adelante’, ha aseverado Lawson, que insta veladamente a May a tomar de una vez las riendas del Brexit.
Las negociaciones entre Reino Unido y la UE
Como ya hemos relatado en La Gaceta, las negociaciones entre Gran Bretaña y la institución comunitaria para el Brexit han superado ya su primera fase. Una primera etapa en la que ambos interlocutores se pusieron de acuerdo sobre la cantidad de dinero que el país británico debe pagar a Bruselas por las obligaciones financieras adquiridas en los 44 años como Estado miembro, y sobre lo referido a los derechos de los ciudadanos.
Desde el UKIP se ha acusado a los negociadores de mantener una postura en demasía pusilánime, en demasía conciliadora con la Unión Europea. Así, de acuerdo con esta formación, el Gobierno británico ha traicionado el espíritu del Brexit.
