El próximo domingo día 15 el electorado polaco acudirá a las urnas con motivo de las elecciones legislativas. Mateusz Morawiecki, actual primer ministro, lidera las encuestas como candidato del Partido Ley y Justicia (PiS) con un 37% del voto.
El legado del actual primer ministro polaco ha quedado reflejado en el área migratoria, así como en su contundente postura respecto a la Unión Europea y su apoyo a Ucrania. Su discurso en la Sorbona el pasado mes de marzo deja clara la doctrina Morawiecki y los planes del PiS sobre el futuro de Polonia y Europa. Uno de los puntos más destacables de su gobierno ha sido la defensa de la nación polaca ante la invasión rusa de Ucrania. El país ha sido uno de los mayores donantes de ayuda humanitaria y armamentística europeos, habiendo además reforzado su presupuesto en defensa con una partida del 4% del PIB, más del triple que España.
La relación con Alemania ha sido una de las prioridades de Morawiecki. Tal y como afirmó en la Sorbona, la estrecha cooperación entre polacos y alemanes en el ámbito económico ha acabado por crear una fuerte interdependencia convirtiendo a Polonia en el quinto socio comercial de su vecino germano. El líder polaco ha destacado en varias ocasiones las diferencias existentes en lo que respecta a la Unión Europea y temas como la política migratoria; desavenencias que han conducido junto con la ausencia de una verdadera reconciliación histórica a una relación cada vez más tensa. En palabras de Morawiecki, «Polonia nunca ha recibido reparación de Alemania por los crímenes de la Segunda Guerra Mundial», algo que impide «la plena reconciliación» y en la que se basa el reciente reclamo de cerca de un tercio del PIB alemán como recompensa por los daños sufridos. Una partida conveniente si se tienen en cuenta los 35 mil millones de los fondos de recuperación asignados a Polonia; una cantidad que se encuentra actualmente bloqueada por dictamen de la Comisión.
La polémica reforma judicial y su supuesta violación del Estado de Derecho ha sido el argumento preferido por las autoridades de Bruselas para justificar el bloqueo. La medida, considerada una intromisión y un atentado contra la soberanía nacional por el PiS, ha sido el epicentro de una serie de críticas contra la Unión. Morawiecki ha cuestionado los «límites de la gobernanza supranacional de Europa» a la que acusa de tomar decisiones que competen a las naciones europeas «en su nombre sin un mandato democrático». En su lugar, el líder polaco propone un modelo basado en las raíces cristianas de Europa que respete la soberanía de las naciones y que sea capaz de proteger su patrimonio espiritual y las «docenas de tradiciones culturales y lingüísticas».
Una de las advertencias enunciadas por Mateusz Morawiecki señala el riesgo de la McDonalización política de Europa, alertando sobre la uniformidad y el peligro que corre la diversidad en una defensa de las diferencias nacionales. Polonia acusa a la Unión de ejercer numerables presiones políticas y económicas para que el país siga sus dictámenes, aquejándose de los bloqueos económicos sufridos mientras acogía a millones de refugiados ucranianos.
A pesar de la falta de apoyo económico de Bruselas, Morawiecki ha logrado acometer reformas importantes durante sus cinco años de gobierno. Su programa de bienestar social ha logrado la mejora de las condiciones de vida, así como de la media salarial que ha pasado de 940 euros en 2017 a 1.397 en 2022.
A ello han sido añadidas medidas como la ley de 2020 sobre el aborto, que prohíbe casi la totalidad de los casos excluyendo aquellos de inviabilidad total, la eliminación de la ideología woke de las escuelas y las ayudas a la natalidad. Morawiecki ha mantenido las prestaciones por hijo que introdujo su partido un año antes de su toma de posesión, y que él mismo ha prometido aumentar en caso de renovar mandato.
La continuidad de sus políticas se decide este domingo. El programa de Morawiecki ofrece nuevas medidas económicas y de familia, un endurecimiento de la lucha contra la inmigración — especialmente contra los ataques bielorrusos— y un modelo alternativo para Europa.