El Gobierno de Viktor Orbán ha esbozado este martes sus prioridades para la presidencia de turno del Consejo de la UE que Hungría ostentará en el segundo semestre del año, y ha recuperado como lema una adaptación del que ya utilizó en su día Donald Trump para llegar a la Casa Blanca: «Hacer a Europa grande de nuevo«.
Hungría tomará el 1 de julio las riendas de manos de Bélgica, en un momento clave marcado por el inicio de la nueva legislatura en la Eurocámara y el incipiente reparto de altos cargos entre populares y socialistas. Durante este segundo semestre las autoridades húngaras están llamadas a liderar las negociaciones en asuntos clave.
Las prioridades de la presidencia húngara se articulan en varios ejes principales. Hungría busca mejorar la productividad y competitividad de la UE, estimulando el crecimiento económico y apoyando especialmente a las pequeñas y medianas empresas.
Enfatiza la necesidad de fortalecer las capacidades de defensa de Europa, también de las fronteras. La inmigración ilegal será un foco principal, buscando soluciones efectivas a través de una cooperación más estrecha con los países fronterizos de la UE y con los países de origen y tránsito. Así, se mejorarán los retornos y se desarrollarán soluciones para las reglas de asilo. Orbán destaca la importancia de la protección de las fronteras externas.
Hungría promoverá un debate estratégico sobre el futuro de la política de cohesión para reducir las disparidades regionales y asegurar la cohesión económica, social y territorial. Buscará promover el empleo y la competitividad, y la seguridad alimentaria de los europeos.
