El Viejo Continente es «el corazón histórico de Occidente y para los yihadistas es esencial continuar presentándose como los vengadores de agravios e injusticias que atribuyen a los ‘cruzados'».
Un informe del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo sostiene que la pérdida de los territorios controlados por el Estado Islámico en Siria e Irak y el consecuente retorno de combatientes «podría suponer un nuevo incentivo para tratar de seguir promoviendo la comisión de nuevos atentados en Europa».
Esta es una de las conclusiones del informe, el número cuatro del Memorial, que lleva por título «La Yihad de Europa. Desarrollo e impacto del terrorismo yihadista en los países de la Unión Europea (1994-2017)» y que ha sido elaborado por el profesor de Psicología Social y Metodología de la Universidad Autónoma de Madrid, Luis de la Corte Ibáñez.
El documento alerta de que Europa «continúa incubando vocaciones yihadistas» y constata que «la radicalización es un fenómeno complejo, de muy difícil prevención, especialmente en ciertas áreas urbanas donde se mezclan condiciones de marginalidad, criminalidad e impunidad».
Añade que el Viejo Continente es «el corazón histórico de Occidente y para los yihadistas es esencial continuar presentándose como los vengadores de agravios e injusticias que atribuyen a los ‘cruzados'».
El informe señala no obstante que el nivel de afección del yihadismo en Europa es «muy inferior» al de otras regiones del mundo con mayorías musulmanas y que, tras una serie de nueve atentados en Francia en 1995 y 1996, llegó un período sin «ataques consumados» hasta el 11-M en Madrid en 2004.
Desde entonces cada año se han cometido atentados yihadistas en Europa, nunca más de tres anuales, hasta que en 2015 hubo un «incremento importante» al registrarse seis, que en 2016 pasaron a 12 y en 2017 a 13.
Francia es el país europeo más golpeado por el yihadismo desde 1994, con 28 ataques y 266 muertos. España es el segundo en número de víctimas, con 210 -la mayoría de las cuales en el 11-M (194)- en dos atentados.
Los últimos ataques yihadistas en España tuvieron lugar en Barcelona y Cambrils el año pasado y dejaron 16 muertos.
A los fallecidos en suelo nacional por terrorismo yihadista se suman los 56 españoles que han muerto en atentados fuera de España, como el cometido en Casablanca en 2003, el de las Torres Gemelas en Nueva York en 2001 y los de París de 2015.