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el presidente culpa de los disturbios a los videojuegos y a las redes sociales

‘Solución Macron’: que el mundo no vea lo que sucede en Francia

El presidente de Francia, Emmanuel Macron. Europa Press
El presidente de Francia, Emmanuel Macron. Europa Press

Cualquiera puede recordar todas las veces, las incontables veces, en que comentaristas de toda laya han contemplado el panorama cultural francés y han predicho que inevitablemente pasaría lo que está pasando ahora. Incluso mandos militares y sindicatos policiales han hablado recientemente de «guerra civil». Pero son pistas falsas, y Emmanuel Macron, presidente de la República Francesa, ha dado con la raíz de este levantamiento violento de las hordas en Francia: los videojuegos y las redes sociales.

Y habría para reírse, viendo cómo los perpetradores de estos salvajes motines que han hecho arder Francia durante casi una semana pertenecen, en su abrumadora mayoría, a un colectivo muy concreto: inmigrantes y ‘franceses’ de origen predominantemente norteafricano que, cada vez que se les da la oportunidad, repiten alto y claro que no se consideran franceses, diga lo que diga su pasaporte.

Pero mucho nos tememos que las palabras de Macron no son única o principalmente ganas de ignorar el problema real y tirar balones fuera, sino que se trata de un paso más en una tendencia que tiene el entusiasta apoyo de las Naciones Unidas y la imitación de países como Nueva Zelanda: aplicar una draconiana censura sobre las redes sociales.

Todo amante de la libertad de expresión debería estremecerse oyendo a Macron suplicar a los gigantes tecnológicos que borren los contenidos «más sensibles» relativos a los disturbios. «Las plataformas y las redes están jugando un papel importante en los acontecimientos de los últimos días», ha dicho. Así que la solución va de lo suyo: si no se ve, podemos imaginar que no ha pasado. «Los hemos visto; Snapchat, TikTok y varios otros sirven como lugares donde se han organizado reuniones violentas, pero también existe una forma de mimetismo de la violencia que a algunos jóvenes les lleva a perder el contacto con la realidad. Da la impresión de que algunos de ellos están experimentando en la calle los videojuegos que los han intoxicado«, agregó.

Dejemos de lado la anacrónica referencia a Snapchat, red social que en la actualidad debe de estar acumulando telarañas. Lo importante es que los dueños del megáfono, los que controlan el guion, han sido capaces de imponerlo en los grandes medios de comunicación convencionales porque sus financiadores son exactamente los mismos. Pero nadie puede comprar al mundo entero, usuario potencial de las redes sociales, así que en este caso sólo vale la censura pura y dura, la eliminación de mensajes «incómodos» (no fake news o desinformación, como les gusta decir, sino grabaciones reales de lo que ocurre u opiniones libres).

En esto, ya decimos, Macron se limita a seguir la estela de un número cada vez mayor de gobernantes. En Estados Unidos, los demócratas lograron acallar las voces críticas sobre la pandemia, las vacunas, el cambio climático, el fraude electoral y el caso contra Hunter (y Joe) Biden, como revelaron los Twitter Files hace unos meses. Y este esfuerzo no va hacer más que intensificarse.

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