«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
como ya han hecho países como Francia, Bélgica o Dinamarca

Starmer se niega a debatir la prohibición del burka en espacios públicos del Reino Unido

El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer.

El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, ha rehusado responder a la petición de la diputada de Reform UK Sarah Pochin de prohibir el burka en espacios públicos, como ya han hecho países como Francia, Bélgica o Dinamarca. En lugar de abordar la cuestión planteada, Starmer optó por atacar a Pochin durante la sesión de control al Gobierno en la Cámara de los Comunes.

Pochin, antigua concejal del Partido Conservador y ahora diputada de Reform, planteó una pregunta directa al primer ministro: «Dado su deseo de reforzar la alineación estratégica con nuestros vecinos europeos, ¿seguirá el ejemplo de Francia, Dinamarca, Bélgica y otros países y prohibirá el burka por motivos de seguridad pública?».

Su intervención provocó murmullos de incomodidad entre algunos parlamentarios, pero la respuesta de Starmer fue aún más reveladora. El laborista evitó referirse al fondo de la cuestión y en su lugar atacó a Pochin por su pasado político: «Le doy la bienvenida a su escaño, pero no voy a seguir esa línea. Ahora que está aquí y segura en su sitio, quizá podría decirle a su nuevo líder (Nigel Farage) que su último plan de apostar 80.000 millones en recortes fiscales sin financiación es un déjà vu de Liz Truss. Aunque, considerando que era miembro conservador cuando Liz Truss lideraba el partido, probablemente no lo haga».

El primer ministro ni siquiera se dignó a mencionar el burka, el islamismo o la seguridad ciudadana, mostrando así una vez más la sumisión del laborismo ante los dogmas del multiculturalismo. La negativa a entrar en el debate fue criticada incluso desde las filas tories. El exministro del Interior James Cleverly calificó de «inaceptable» la actitud de Starmer y le acusó de «negarse a responder» una pregunta legítima.

Mientras Francia lleva ya más de una década con la prohibición del velo integral en espacios públicos —una medida refrendada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos— y Dinamarca hizo lo propio en 2018, el Gobierno británico prefiere mirar hacia otro lado, incluso cuando se trata de un asunto de seguridad pública.

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