El pasado miércoles se celebró en la Eurocámara de Estrasburgo una sesión plenaria sobre el estado de la Unión. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, fue la figura principal del encuentro, en el que dio cuentas sobre su gestión pasada y las prioridades de cara al futuro.
Uno de los puntos más destacados por Von der Leyen fue la violencia contra la mujer. La presidenta propuso a los legisladores europeos promulgar una directiva que plasme el principio del «no es no», afirmando sentirse orgullosa como mujer de la legislación aprobada hasta ahora en materia de igualdad.
La Directiva sobre Mujeres en los Consejos, a la que Von der Leyen hizo referencia durante su intervención este miércoles, establece cuotas en los consejos directivos de las empresas de hasta un 33% para el «sexo infrarrepresentado». Una normativa que países como Suecia, Eslovaquia, Hungría y Estonia reprobaron por entrometerse en ámbitos de soberanía nacional; mientras que otros critican la posibilidad de que se den nombramientos basados en el sexo y no en los méritos; un argumento abordado hace unos meses por la comisaria encargada, quien animó a dejar «ese argumento donde pertenece, al siglo pasado».
Otro de los grandes temas discutidos en la sesión sobre el estado de la Unión fue la competencia desleal. La presidenta, que animó a seguir con la promoción de políticas verdes en la industria, protestó por las trampas chinas al comercio; uno de los ejemplos utilizados fue la venta de coches eléctricos que se ha disparado gracias a las subvenciones estatales. Marco Zanni, presidente del grupo Identidad y Democracia, respondió a la presidenta preguntándola cuando tomará medidas al respecto; al mismo tiempo que criticó el Pacto Verde que, según sostuvo, convierte a China en «el verdadero ganador de las políticas de la transición ecológica».
Sin embargo, las críticas más duras contra la presidenta las enunció Ryszard Antoni Legutko, actual presidente del grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR según sus siglas en inglés). Legutko reprochó a la presidenta el estado pésimo de la Unión, señalando el incremento de la delincuencia y las violaciones en países como Francia o Bélgica, así como también la preocupante inflación en la eurozona.
Además, el presidente del ECR aprovechó la presencia de la presidenta para rememorar su polémica frase sobre las elecciones italianas: «Si las cosas se ponen difíciles tenemos herramientas». Legutko respondió a la presidenta afirmando: «Lukashenko (presidente de Bielorrusia) tiene esas herramientas, usted no».
El debate sobre el estado de la Unión dejó entrever la proximidad de las elecciones al Parlamento Europeo en 2024. Los comicios, que tendrán lugar en junio, serán la primera ocasión de acudir a las urnas para cientos de jóvenes. Votantes que, tal y como recordó la propia presidenta de la Comisión en su discurso, forman parte de la generación nacida durante la época de la crisis financiera.
Los futuros pactos entre grupos europeos fueron otro de los temas mencionados; Iratxe García Pérez, presidenta de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, echó en cara a Manfred Weber, presidente del Partido Popular Europeo, su búsqueda de alianzas con otros partidos a la derecha; y es que las declaraciones de Weber sobre el PPE y el grupo Renew que apunta a un viraje hacia la «izquierda durante en este mandato» y que lo considera «más progresista que conservador» podrían indicar un cambio de aliados después de las elecciones, más aun teniendo en cuenta el crecimiento que auguran al grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos algunas encuestas.
