El ministro de Relaciones Exteriores de la dictadura de Venezuela, Carlos Faría, ha condenado este lunes desde Moscú las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados a Rusia por la invasión de Ucrania y ha criticado igualmente el envío de material militar para reforzar al Ejército ucraniano.
«Manifestamos nuestra solidaridad (y) condena de manera importante toda la gran cantidad de sanciones que se han impuesto contra la Federación de Rusia, contra su pueblo y que vemos cómo esos planes no cumplieron sus expectativas», ha afirmado Faría en rueda de prensa conjunta con su homólogo ruso, Sergei Lavrov.
Faría ha asegurado que «la economía rusa a pesar de todo ese daño que se pretendió dar sigue adelante, con ciertos inconvenientes, pero disminuido el daño que se quiso ocasionar». Para el jefe de la diplomacia de la tiranía venezolana, «en los años siguientes, de acuerdo a los especialistas, eso irá muy prontamente desapareciendo«, según la grabación de la rueda de prensa difundida por redes sociales.
Además, Faría ha condenado la «permanente inyección de técnica militar para mantener y avivar ese conflicto» y ha hecho un llamamiento a satisfacer las exigencias y demandas planteadas por Rusia «con el objetivo de resguardar la seguridad de la Federación de Rusia, de su territorio».
El ministro venezolano ha informado además a Lavrov las gestiones para la «reactivación de la mesa de diálogo» entre el régimen de Maduro y sectores de la oposición. «No es un secreto y todos sabemos cómo ha sido reiterada esa necesidad por parte del presidente constitucional Nicolas Maduro de rescatar el diálogo para que podamos seguir encauzados en lo que estamos viendo en este momento: un grupo de la oposición participando en todo lo que es el juego democrático», ha explicado.
Lavrov, por su parte, ha condenado las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela propias del «Salvaje Oeste». «Las acciones de Estados Unidos para bloquear los activos de países soberanos en cuentas en el extranjero no solo supone un robo descarado con el espíritu del Salvaje Oeste, sino también es una violación de los derechos socioeconómicos de los ciudadanos», ha argumentado.