«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
LA REGIÓN, BAJO ASEDIO

La izquierda iberoamericana despliega una ofensiva ante el posible regreso de Trump a la Casa Blanca

Gustavo Petro, Andrés Manuel López Obrador y Nicolás Maduro. Europa Press

La izquierda iberoamericana está preocupada. Nunca imaginó que Donald Trump pudiese superar tantos obstáculos y que esté a nada de convertirse en el candidato oficial del Partido Republicano. Tampoco se imaginó que los sectores conservadores europeos pudiesen ganar las elecciones de junio próximo, como las encuestas parecen indicar.

Por consiguiente, los miembros del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla buscan precipitar los conflictos y producir desenlaces en la región, con el fin de controlar el continente antes de que ocurran las transformaciones políticas en Estados Unidos y Europa.

En Argentina existe un ataque sistemático de la izquierda –desde adentro y desde fuera del país– para desestabilizar la recién inaugurada administración de Milei, el cual se hizo evidente en el paro del 25 de enero. El escritor y analista Mike González lo documentó muy bien en su más reciente artículo.

Días más tarde, el 1 de febrero, se llevaron a cabo protestas para impedir la aprobación del paquete de leyes que Milei necesitaba para recuperar la economía tras el desastre causado por el anterior Gobierno kirchnerista. Algunas de estas protestas fueron violentas, con el objetivo de causar heridos o muertos y acusar así al gobierno de violar los derechos humanos.

En estas manifestaciones participaron ciudadanos extranjeros, entre ellos un chileno, acusado de colaborar en el incendio del metro de Santiago (2019), orquestado por grupos de izquierda.    

En Colombia, el presidente Gustavo Petro –miembro del Foro de Sao Paulo, el Grupo Puebla y la Internacional Progresista– ha anunciado que convocará protestas masivas, si es procesado por los delitos que han salido a la luz, en relación con su campaña electoral, entre ellos, haber recibido dinero del narcotráfico.

Tanto el Grupo Puebla como la Internacional Progresista publicaron comunicados, victimizando a Petro y diciendo que estaba siendo acusado ilegalmente por sus adversarios para destituirlo.  

Para evitar ser vinculado con el narcotráfico, Petro ha interpuesto una denuncia penal contra el expresidente Andrés Pastrana, quien durante los últimos dos años ha estado documentando los vínculos de Petro con los intereses del narcotráfico.

En Venezuela, el dictador Nicolás Maduro ordenó la inhabilitación de María Corina Machado, elegida en unas primarias de la oposición con tres millones de votos. Este 5 de febrero, el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Jorge Rodríguez, anunció un cronograma electoral sin la participación de Machado.

Por tanto, el régimen venezolano elimina la opción de una salida pacífica y electoral a la crisis, por lo que 170 parlamentarios de 15 países –en coordinación con el Foro Madrid– enviaron una carta abierta al fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Kham, pidiéndole que acelere los procedimientos existentes contra Maduro.

«Tras obstaculizar las vías electorales, al régimen solo le queda la opción de seguir reprimiendo a una población hambrienta y acorralada, escalando la violencia y cometiendo más crímenes de lesa humanidad, es decir, desencadenar un derramamiento de sangre», indica la carta abierta.

En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado una serie de reformas electorales, con el fin de garantizar la permanencia de su corriente política en el poder, tal como se hizo en Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Como puede verse, en los cuatro países mencionados, la izquierda quiere producir un desenlace, antes de que se celebren las elecciones europeas en junio, y antes de que las primarias estadounidenses definan la posible candidatura republicana de Trump.

Es importante que los sectores de centroderecha reaccionen con contundencia ante estas pretensiones, con el fin de salvaguardar la democracia y las libertades en nuestra región.

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